La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 28 de octubre de 2013

Dando nombre.



Como no recordar a los descacharrantes Mortadelo y Filemón que tan buenos momentos nos hicieron pasar en nuestra infancia.

Aquellos momentos me han vuelto al recuerdo cuando he leído recientemente en una revista que en EE.UU. existe la llamada iniciativa BRAIN (Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies) que ha recibido del gobierno Obama 100.000.000 $ para estudiar y definir un mapa dinámico del funcionamiento humano.

Desde luego más vale que no se basen en el cerebro del que ha ideado las mencionadas siglas. No dejan de estar a la altura de la que denominaba a la agencia donde trabajaban los dos agentes españoles: T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) empeñada en erradicar los crímenes de la A.B.U.E.L.A. (Agentes Bélicos Ultramarinos Especialistas en Líos Aberrantes) o S.O.B.R.I.N.A. (Sindicato Organizador Bollos Reivindicantes Inter Nacionales Atléticos)



No sería de extrañar que en nómina de la iniciativa estadounidense pudiéramos encontrar al Dr. Bacterio haciendo de las suyas.

Por si quieres celebrar Halloween.


lunes, 21 de octubre de 2013

Desechar.

Sostiene Eduardo Mendoza que si se empieza un libro y no engancha hay que tirarlo. No, no dice dejarlo de momento, esperar unos días o incluso años, y retomarlo. Dice de desecharlo. Por lo menos podía haber sido algo ecologista y haber recomendado reciclarlo, o mejor aún, pasárselo a alguien a quien pudiera interesar o tal vez dejarlo en alguna biblioteca pública.

No soy del mismo parecer. Ha habido muchísimos libros que no me han enganchado al principio, ni siquiera a la mitad, pero he persistido en su lectura y me han acabado encantando. Aunque reconozco que hubo otros que me decepcionaron totalmente, y además de esos con muy buenas críticas y éxito de ventas. Pero, qué se le va a hacer. También supongo que es más fácil desechar la lectura del libro que te han prestado o has sacado de la biblioteca que la del que te ha supuesto un menoscabo del bolsillo. Hay que amortizar el gasto.

A veces asemejo el hecho de leer un libro con la toma de un castillo enemigo, si nos retiramos sin tomarlo, hace que otros muchos más se nos resistan y al final reduzcamos sin querer la cantidad de libros de los que podemos disfrutar. No creo que los que gozan con la Ópera disfrutaran de ella desde un principio. Hasta el ocio precisa de algo de entrenamiento y esfuerzo. Y es que lo que cuesta se disfruta más.

lunes, 14 de octubre de 2013

Chapas.

Esta mañana he descubierto en el metro a un jovenzuelo jugando con su consola un partido de chapas. Moviendo el dedo sobre la pantalla desplazaba sus jugadores y con gran ahínco movía el garbanzo virtual intentando batir al equipo rival,  que ignoro si era movido por la maquinita o por otro jugador a kilómetros de distancia.

Pero es que poco después he visto a un niño extraer de una bolsa de pipas a modo de obsequio, una especie de chapa, de plástico y un poco más pequeña, con el rostro y escudo de un jugador ya impreso. Teniendo en cuenta que hablamos de veinte equipos con sus aproximadamente 20 jugadores, da miedo calcular la cantidad de bolsas que habrá de comprar hasta completar su equipo favorito, aunque se dedique al intercambio.

Pero es que por otra parte cada vez se adquieren menos bebidas cuyo tapón sea la consabida chapa, los tapones de las botellas de hoy en día son de plástico, al parecer capaces de solucionar enfermedades raras, pero no aptas para un buen partido.


También se me ocurre que en muchas de las despensas de los niños de hoy en día debe ser difícil encontrar un garbanzo duro para poder emplearlo como balón reglamentario. Más bien se suele comprar los garbanzos ya cocidos y por tanto reblandecidos.

Pero es que si se consiguiera todo lo anterior, faltaría encontrar un lugar donde montar un campo de las dimensiones adecuadas, aunque en teoría en cualquier parque público todavía se puede localizar unos metros cuadrados libres de cagadas de perro. Eso sí faltaría obtener un rival de altura equipado con su correspondiente equipo chapero, y sobre todo encontrar un momento en sus agendas escolares libre de clases, tareas escolares, actividades extraescolares y en que alguno de los innumerables canales de TV no emita alguna serie que no puedan. perderse salvo arriesgarse a verse degradados en la estimación social de la clase.

Visto tanto obstáculo cuando llegue a casa me descargo la aplicación para el teléfono.