Úbeda.

 Que ha dicho el presidente Biden que Trump es un perdedor. Así, en presente.

Si lo hubiera dicho en futuro, se podría pensar que está vaticinando el resultado de las próximas elecciones, pero no, al ser en presente, afirma que está perdiendo.

Dado el permanente estado de confusión mental del inquilino de la Casa Blanca, surgen múltiples interrogantes. Hay quien piensa que tal vez se refiriera al juicio perdido por difamación, y por el que tendrá que pagar más de 80 millones de dolares si no prospera la apelación.

Pero algunos opinas que el presidente ha tenido un lapsus temporal y crea que se acaban de celebrar las elecciones de hace cuatro años, y que se ha proclamado con la victoria.

Otros piensan que ha dado un brinco en el tiempo, y que ya se ubica dentro de unos meses, justo después de que los estadounidenses hayan votado, y que ese será el resultado.

Hay quien piensa que Biden opina que Trump es un perdedor permanente, y que acumula derrota tras derrota; pero viendo en cuánto se estima su patrimonio, cuesta considerarle un perdedor, aunque finalmente se vea obligado a pagar es nimiedad (para él) por difamación.

Tal vez lo procedente seria preguntarle al actual presidente qué quiso decir, pero lo más fácil es que the president goes through the hills of Úbeda.

Capitalismo popular.

 Hace unos días, me encontré en un centro comercial -ese remedo del zoco- con una escena que podria definir perfectamente lo que el capitalismo popular. Un señor, sin duda pensionista, se había acercado a la sección de Prensa. 

Allí, había sacado un periódico sepia, esos dedicados íntegramente a la economía, y apuntaba tranquilamente cómo andaban las cotizaciones de sus acciones. Podría estar ganando miles de euros en ese momento, pero tampoco era cuestión de gastarse el dinero que costaba el rotativo. Y es que también podría estar perdiendo dinero en esos momentos.

Otra opción sería que se tratara de un broker que llevara las finanzas de otros, pero, si era el caso, las comisiones no daban como para adquirir el periódico.

Y ahí le dejé, enriqueciéndose.

Routine.

Es notorio que usamos las palabras de modo automático la mayoría de las veces, pero si hacemos como San Isidoro de Sevilla, y meditamos un poco un poco sobre ellas nos podemos sorprender.

Una de ellas es la palabra Rutina, que al parecer viene del francés routine, que significa ruta. La RAE lo define como una costumbre o hábito de hacer las cosas por mera práctica y más o menos automáticamente.

Ello me lleva a quedarme perplejo al ver que alguien a definido la serie de ejercicios que se hacen en las competiciones de gimnasia rítmica o gimnasia artística. Y viendo lo que llegan a hacer esos deportistas, me quedo totalmente convencido de que habría que buscar otro vocablo para denominar esos ejercicios. Se ve claramente, que de rutina sólo tienen la infinidad de veces que tendrán que entrenar para llegar a ese virtuosismo.

¿Alguien se imagina que se llamara a un partido de fútbol como rutina?

Perros.

No falla, ya se dijo que quien no conoce la historia está condenado a repetirla, sobre todo en lo relativo a los errores.

En EE. UU. se proclamó hace mucho tiempo la Ley Seca, se prohibió la elaboración y consumo de licor, y todo ello llevó a un aumento espectacular del contrabando, destilerías ilegales y delitos relacionados por doquier. Al final se tuvo que retirar tan nefasta ley.

En España se ha intentado hacer lo mismo con la compraventa de perros, sobre todo cachorros. Pues ya ha comenzado a florecer el comercio ilegal.

En España se acaba de desmantelar una organización que se dedicaba a la importación, cria y venta de cachorros de perros, así que, a saber, cuántas estarán operando ahora mismo y cuántas estarán gestándose en estos momentos, porque el amor al mejor amigo del hombre está muy presente en este país, y es algo que, al parecer, se puede aprovechar.