La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

martes, 29 de enero de 2013

Imanes.

Recuerdo cuando visité París. Me llamó la atención la enorme cantidad de ciudadanos ataviados con vestimentas árabes. Lo cual era más llamativa en ellas. Supuse que una movilización de toda esa población podría causar problemas en cualquier sociedad.

Hoy me desayuno con la noticia de que Francia ha decretado la expulsión de todos los imanes radicales que operan en su territorio. Parece ser que pese a tener un gobierno socialista, no le ha temblado la mano a la hora de tomar una decisión tan políticamente incorrecta.

¿Qué no habrán hecho estos sujetos para que un presidente tan progre tenga que tomar una medida tan comprometida?

¿Alguien adivina dónde va a recalar más de uno? En Francia una expulsión significa que en un periodo más bien corto. En España viene a suponer que en un periodo más corto todavía el expulsado debe quedar ubicado fuera del recinto del edificio oficial donde se le han notificado la expulsión. Y entonces el repudiado queda en un limbo legal que le permite permanecer en España sin ningún problema. Y en el caso que nos atañe, muy cerquita de la frontera para que los imanes mencionados puedan seguir controlando a sus seguidores y haciendo sus trapicheos.

Hay cosas que conviene aprender de nuestros vecinos del Norte.

lunes, 21 de enero de 2013

Como a un chino.

No hace mucho, en el trabajo, comprobé como el bolígrafo que estaba usando daba sus ultimas boqueadas. Y no tardó mucho en dar su último suspiro.

Y dado que en mi labor debo escribir constantemente (nada de importancia, pero tengo que anotar datos con frecuencia) me tuve que hacer con un bolígrafo de los que proporciona la empresa, pero que son malos, nefastos y hasta peligrosos en su uso.

Decidí aguantar hasta que llegara el descanso. Llegado éste y dado que todavía no habían abierto los comercios (trabajo en turno de tarde) decidí acudir a un Todo a 100.

Tras arduos esfuerzos llegué a la zona de papelería (habla de Sección sería demasiado presuntuoso) y observé un bolígrafo que tan sólo costaba 0,35€. Lo adquirí pensando que pese a la mala fama de estos establecimientos, en un bolígrafo pocos defectos ocultos podía haber, y que, total, la inversión había sido mínima. Eso sí, antes de salir del local comprobé que el artefactos escribía.

Reanudé mi trabajo y durante los siguientes días comprobé que por mucho que escribía el nivel de tinta no bajaba. Parecía milagroso. Cinco días escribiendo a todas horas y la mina se mantenía a rebosar de tinta. En esos momentos me arrepentía de no haber comprado más unidades, aunque bien mirado no parecía que hiciera falta. A ese ritmo con uno tenía para toda la vida. Estos chinos habían descubierto la fuente de la eterna juventud pero de tinta.

Al sexto día, todo ufano comienzo a escribir con mi bolígrafo perenne cuando observo que la tinta sale a tramos, que da todos los síntomas de estarse agotando. ¡No puede ser! Si la mina está hasta arriba de negra tinta.

Lo agito, soplo, froto, caliento, mimo, pero aquello no da más de sí. Se niega a escribir.

Resignado e indignado me dispongo a arrojarlo a la papelera cuando decido hacerle una autopsia al difunto. Abro con unas tijeras la plástica mina y observo maravillado como tinta negra cubre toda la pared de la mina, pero el interior permanece totalmente vacío y hueco.

Llego a la conclusión de que en origen han conseguido un método para pintar las paredes y en el interior tan sólo echar unos mililitros de tinta para satisfacer al cliente durante unos días prudenciales. Y saben que nadie va a ir a reclamar por 0,35€, y más si uno se arriesga a que le responda a que tiene que reclamar a la fábrica, sita en la China profunda.

Los chinos me la pegaron como a un ídem.

martes, 15 de enero de 2013

El tercero en discordia.

Cuenta Cela haber presenciado un curioso diálogo en uno de sus viajes por Castilla. En él debatían tres lugareños. Uno sostenía creer en Dios y en los curas, el segundo afirmaba creer en Dios pero no en los curas. Y el tercero, sin duda forzado a permanecer en el debate y a la vez llevar la contraria a los otros dos tertulianos, mantenía creer en los curas pero no en Dios.

Algo así está sucediendo en Cataluña, donde el PSC se encuentra entre la postura de los que piden un referéndum para que se vote Sí, y los que no quieren ese referéndum. Ellos, a fuer de ser originales, no han tenido más remedio que pedir ese referendum, pero para que se vote No. La verdad es que originalidad no se les puede negar.

Lo que pasa es que no estamos ante una charla de pueblo donde tras la discusión unos vinos apaciguan la tensión. Las consecuencias de esta charla pueden traer mayores consecuencias y hay veces en que no queda más remedio que dar la razón al que la tiene, pese a quien pese y se quede como se quede.

martes, 8 de enero de 2013

Y la vida sigue igual.

    
Hiciéronse ricos comprando con cuatro cuartos y mil picardías todos los predios que constituían vuestra riqueza común, y lo hicieron gritando unas veces orden y otras anarquía, y así crecieron y medraron... que así crecen y medran los que reniegan de su Dios, pisotean su conciencia y escupen al rostro de su patria.
                                         Andrés Madrazo. 1.833.
     

miércoles, 2 de enero de 2013

Un político de hoy.

Desde luego podría pasar por algún tiranuelo de algún país del tercer mundo. Ya como presidente de alguna democracia occidental no, pero poco le faltaría.

Cuenta Josefo que un gobernador romano de provincias queriendo congratularse con la población autóctona y viendo las dificultades que tenían para proveerse de agua, dispuso construir un acueducto de unos 40 km. para llevar el preciado líquido a la ciudad. Pero cuando hizo las cuentas se dio cuenta que con lo que le mandaba la metrópoli y descontando lo que se iban quedando por el camino y su cuota personal, aquello no llegaba. Así que no tuvo otra ocurrencia que sacar lo que faltaba del presupuesto del templo principal de la ciudad.

Aquello motivó la subsecuente furia de los dominados, convenientemente azuzados por el clero local, que se quedaba sin capital.

Pero no por ello se arredró el gobernante, que no tuvo inconveniente en mezclar soldados disfrazados con la muchedumbre que protestaba. A una señal aquellos infiltrados empezaron a dar mandobles a diestro y siniestro haciendo una escabechina, pero acabando con las protestas.

Eso sí, no siempre era valiente y decidido. En otra ocasión el pueblo se volvió a levantar porque los soldados portaban imágenes del emperador y las habían ubicado cerca del templo. Lo cual ofendía a la religión de los lugareños y molestaba a los que habían sido vencidos en las guerras que habían llevado a la conquista.

Cinco días de discusiones no sirvieron para que se solucionara el conflicto, así que el gobernador amenazó con ejecutar a los levantiscos si éstos no se retiraban inmediatamente.

Los manifestantes hicieron caso omiso de la advertencia y finalmente los estandartes fueron retirados.

Y por otra ocasión en que volvió a echar marcha atrás este político pasó a la historia, y no con letras grandes precisamente. Ocurrió cuando no se atrevió a soltar a un judío que veía como inocente y prefirió entregarlo a una ejecución inmerecida y todo para contentar a una multitud que pedía sangre convenientemente empujada por el clero de ese templo tan ultrajado.

El nombre de ese político era Poncio Pilato.