Pociones.

 Todo el mundo sabe que la aldea gala donde residen Asterix y Obelix siempre sale bien librada de sus enfrentamientos con los romanos gracias a la inteligencia de uno y a la fuerza del otro.

Parece que la inteligencia de uno es natural, y la fuerza del otro proviene de que, de pequeño, cayó en una marmita donde se preparaba la poción mágica.

Ya sé que se trata de un comic, y en cierta forma donde los franceses, tan chovinistas ellos, se vengan de la afrenta de haber sido invadidos por una potencia extranjera.

Pero, en cierta forma, el argumento deja un poco mal a la inteligencia gala. ¿No sería más cómodo ir bañando en la pócima todos los recién nacidos en la aldea? En unos diez años no habría imperio que se resistiese a una pandilla de jovenzuelos galos.

Claro que, es posible que ya se lo hayan planteado, y tener más fuerza no quiere decir tener más sabiduría. Una pequeña pelea entre adolescentes podría dejar arrasado todo el pueblo, y dejar más que doloridos a los habitantes a los que, por edad, no se pudiera ya suministrar el brebaje. Aunque sí administrarselo puntualmente para evitar los efectos negativos de la posible reyerta. Es complicado.

Creo que acabo de pergeñar el argumento de un futuro número de las aventuras de Asterix y Obelix. Tendré que ponerme en contacto con su editorial.

Tractores.

 Si hoy Pedro Sánchez estaba viendo el telediario de RTVE no sé que tal habrá hecho la digestión.

Después de describir el regocijo del Partido Popular describiendo el regocijo tras lo acontecido en Galicia, se ha podido ver la tractorada que se avecina para el próximo viernes, y hasta el locutor ha osado comentar que uno de los pueblos de donde habían partido los tractores es Llanos del Caudillo, casi nada.

Pero es que, poco después, y dentro de la misma noticia, se ha podido ver como los manifestantes habían dificultado parcialmente, el paso de la comitiva que llevaba a la reina Letizia, y ésta, en vez de incomodarse, ha bajado la ventanilla y ha saludado a los campesinos.

Menuda digestión habrá tenido el inquilino de La Moncloa. Y todavía le queda mucho por tragar, porque no parece que el campo español ceje en el empeño.

O.N.A.C.

 

El presidente Pedro Sánchez, puesto a prometer para salvar el pellejo propio y el de su candidato gallego, ha anunciado que va a crear la Oficina Nacional de Asesoramiento Científico.

Algo, que, al parecer, serviría para “para coordinar el conocimiento y mejorar la toma de decisiones y el diseño de las políticas públicas.” Vamos, poco que ver con lo que se entiende por Ciencia. Pero ya los marxistas hablaban del marxismo como algo científico, así que tampoco nos deberíamos sorprender.

Pero sí que hay algo de cierto en la denominación del nuevo organismo, y es lo de Asesoramiento. Así que en poco tiempo veremos que el organigrama de la O.N.A.C. se llenara de asesores, asesores de asesores y de asesores de asesores de asesores, con holgadas nóminas, poco trabajo y mucha burocracia. Todo ello para colocar afines, amiguetes y familiares.

Eso sí, veremos dónde coloca la sede, porque con la nueva política de descentralización impulsada por el gobierno, a lo mejor los puestos no son tan golosos. Aunque siempre le queda la baza de ubicar una delegación en Madrid.