La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 27 de mayo de 2013

División.

Se habla a menudo de lo prácticos e inteligentes que suelen ser los británicos, pero hay que reconocer que a menudo tienen decisiones y gestos que lo contradicen profundamente.

Es un principio universalmente reconocido que el que logra dividir al enemigo, tiene media guerra ganada.

Si se considera al fútbol como un desahogo de los impulsos bélicos actuales, vemos que los británicos no tienen muy en cuenta ese principio.

Pese a haber inventado el noble deporte del fútbol (y el 80% de los deportes restantes), vemos que no han tenido el menor inconveniente en que no exista la Selección Nacional de Fútbol del Reino Unido, y vemos que actualmente existe la Selección de Inglaterra, la de Escocia, la de Gales y la del Irlanda del Norte (Ulster), y que tras uno cuantos años tan sólo la de Inglaterra ha ganado un Mundial hace 46 años y ninguna Eurocopa.

Pero al parecer los británicos no acaban de darse cuenta que jugando unidos tendrían más probabilidades de lograr algún que otro título, y no han tenido inconveniente en dividirse aún más. Próximamente podrá participar en competiciones internacionales la Selección de Gibraltar. Así que animamos a Londres a que en un futuro próximo añada al inventario la Selección de las Islas Malvinas, la Selección de las Islas Vírgenes Británicas o la Selección de Montserrat (no confundir con el monasterio del mismo nombre) Así que nada, duro y a la cabeza, y a seguir dividiéndose ante el enemigo.

domingo, 12 de mayo de 2013

Grupo numeroso.



Luego dicen que los marxistas son ateos, arreligiosos y hostiles a todo lo que suene a religión. Nada de eso.
He recordado  que sostiene la teología trinitaria que las tres Personas que componen la Santísima Trinidad se hallan en permanente consejo deliberando entre ellas, consultándose, decidiendo, ejerciendo cada cual sus funciones en plena armonía, conjunción y eficacia.
Pues algo así debió rememorar la concejala de I.U. Edurne Eguino del ayuntamiento de Pamplona de sus tiempos de catequesis. La tal moza no tuvo reparo alguno en presentar dietas al ayuntamiento por reuniones de su grupo. Y decimos grupo, porque el vocablo grupo lo define la RAE como Pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto, material o mentalmente considerado. Y Edurne se ha debido acoger al adverbio mentalmente, porque las reuniones han consistido en encontrarse con ella misma.
Desconocemos si existen actas de las 67 reuniones que tuvo con ella misma, aunque podemos adelantar que nadie se quejó de su larga duración, de que los ordenanzas tuvieran que llamar la atención a los reunidos por hacer demasiado ruido ni de que a aquellos se les pidieran más sillas por no haber suficientes.
Y la retribución que ha logrado por el arduo esfuerzo que suponen tanta reunión ha consistido en 9.153€ de nada. Suponemos que a repartir entre todos los miembros del grupo.

lunes, 6 de mayo de 2013

El emperador Burro.



A menudo se pueden ver a la venta unos pequeños cuadros donde un breve texto explica el significado de un nombre. Siempre he pensado que se trata de la heráldica del azar, porque el apellido se hereda y tendrá una historia más o menos gloriosa, pero el nombre suele ser escogido por los padres y ahí tan sólo influye el gusto y apetencia de los progenitores.

Difícil entender que un nombre defina el carácter de un hombre. Aunque a veces hay casos que así lo parece. En ello parecen atinados los antiguos romanos. Por ejemplo Bruto ha quedado para la Historia como el mal hijo, adoptivo pero hijo, que se llevó por delante al padre.

Y tenemos el caso también de Sexto Afranio Burro. Nacido en el sur de las Galias, llegó a prefecto de la Guardia Pretoriana  nombrado por Agripina la Menor, esposa y sobrina de Claudio César. La cual también le encomendó la instrucción militar de su hijo, el temible Nerón.

Agripina más tarde decidió envenenar a su marido y proclamar a su hijo emperador. Y tenemos a Burro llevando a Nerón al Castra Praetoria para que la guardia lo proclamara emperador de todos los romanos antes de que se hiciera pública la muerte de Claudio.

Ante la política de hechos consumados, al Senado no le quedó otro remedio que reconocer al nuevo césar.
En el año 59 Afranio Burro encubrió a Nerón cuando éste tuvo a bien asesinar a su madre.

Pero se ve que Burro no anduvo muy listo tres años después, pues Nerón lo hizo envenenar. Tal vez si no hubiera sido así hoy se hablaría del emperador Burro.