Y ahora ha surgido una nueva ruta para las pateras que desembarcan en la cada vez menos prospera Europa. Se trata, nada menos, que de Ibiza.
Y es sabido que esa isla tiene bastantes problemas para dar alojamiento a los trabajadores de la hostelería que trabajan durante todo el año o por temporadas allí.
Me pregunto qué va a suceder cuando haya que dar cobijo a los menas y no menas que ya están desembarcando. Las infraestructuras públicas no pueden dar vivienda a las oleadas que se preveen, y dudo mucho que los establecimientos hoteleros estén por la labor cuando apenas tienen habitaciones libres en todo el año. Eso por no hablar como esa invasión, nada silenciosa, espantaría al turismo de glamour que tanto dinero deja en la isla.
Supongo que ya se arreglarán para transferir en 24 horas a los recién desembarcados en la península.