Uno no es muy aficionado al baloncesto, y menos aún al que se practica en EE.UU. pero me llamado la atención saber que existe allá la tradición de que el equipo que gana la liga nacional visita al presidente de la nación en su residencia, la casa blanca.
Este año se ha dado la particularidad de que a uno de los jugadores del equipo, Delonte West, le ha sido prohibida la visita. El motivo es que el personaje es toda una perla y pese a estar en lo alto de la élite tiene antecedentes por diversos delitos, uno de ellos tenencia ilegal de armas, así que los responsables de la Casa Blanca se han curado en salud y le han vetado la entrada.
Hágase la traslación al territorio patrio, cambiando baloncesto por balonmano y otros cambios menudos y tendremos un caso similar. Para que luego digan que la justicia no es igual para todos.
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