Dabiq.

Lo malo que tiene eso de hacer profecías es que cuando llega el momento en que se ha de cumplir todo el personal ve si estabas atinado en el pronóstico o no, y así el pronosticado quedar retratado.

Hay una tradición islámica que dice que la batalla final entre los musulmanes y el resto (porque el resto es todo lo que no sea fiel), se librará en Dabiq, localidad siria que pertenece al Estado Islámico, pero que está a punto de caer en manos de los rebeldes sirios apoyados por Turquía, que a su vez están opuestos al gobierno, que a su vez está respaldado por Rusia.

Esa tradición dice que si los musulmanes ganan la batalla en dicho lugar, ya todo será coser y cantar, y que Roma y Constantinopla caerán sin esfuerzo como fruta madura, pero si la pierden, llegará el final del mundo en una gran catástrofe.

A lo largo de la historia en dicho lugar se han dado batallas de todo tipo entre facciones musulmanas y de musulmanas contra cristianos, con resultados de todo tipo, y en Roma no ha llegado a ondear la media luna ni parece que haya llegado el fin del mundo.

Todo parece indicar que los descerebrados del Estado Islámico perderán el pequeño enclave en breve, por lo que Roma y Estambul (Constantinopla) no correrán peligro, pero si esta gente tiene la visión que tiene del Islam, habrá que echarse a temblar si se creen llamados a cumplir la profecía y echarle una mano a Alá a hora de acabar con el mundo. Que esta gente tiene muy mal perder.