Finalmente Madrid se ha quedado sin Olimpiada. No es que fuera yo muy devoto de ellas, pero aunque no siento una profunda tristeza, no dejo de sentir un ligero resquemor pensando en que el bloque galo nos la ha vuelto a jugar.
Si la Olimpiada hubiera venido a Madrid, París hubiera visto imposibilitado el lograrlo para 2.024 por aquello de la rotación geográfica. -Ya se podría implantar algo parecido en referencia a la procedencia de los presidentes de esta nación-, mientras que si la cosa iba para Tokio o Estambul, el camino quedaba más despejado. Estambul como tonto útil, que tampoco queda muy alejado.
Espero, confío y anhelo, que Madrid no vuelva a dar coces en el aguijón y se dé un respiro. No parece que los Juegos Olímpicos se vayan a cancelar próximamemente, así que es mejor dar paso libre a los parisinos, recobrar el aliento y a otra cosa.
Y hay ejemplos históricos, en 1.936, mientras se celebraba la Olimpiada en el Berlín nazi, en Barcelona se tuvo a bien convocar una Olimpiada Antifascista que tuvo regular éxito de convocatoria y pésimo logro de records. Así que sugiero las instalaciones deportivas ya construidas para que en 2.020, o antes inclusive, convocar una Olimpiada antifascista, antibelicista, antidemócrata, antimachista, anti-antifascista, antipolución, ecologista, propereza, por el botellón, antideportiva y hasta rizando el rizo: culturales. Da igual, la que tenga más poder de convocatoria, el caso es que vengan tropeles de masa a dejarse las divisas y animar nuestra atribulada economía. El motivo es lo de menos, que ya veo a unos cuantos chinos ojeando las instalaciones para comprarlas por cuatro duros y montar algún negociete.
Creo que es una gran idea y sería una iniciativa muy prudente a la hora de amortizar instalaciones. Cualquier cosa anti- sirve y no creo que tengamos demasiados problemas, pues ya hace muchísimos años que la mugre se pasea por España cómo Pedro por su Casa.
ResponderEliminarUn saludazo.