Hace poco nos encontrábamos con la noticia de que un relicario con sangre de Juan Pablo II había sido robado en L'Aquila. En un principio la Policía sospechó de que se trataba de un grupo satánico que se proponía realizar algún ritual.
Pero pocos días después han sido dos detenidos dos drogadictos que han confesado que cuando comprobaron el revuelo ocasionado y que el relicario apenas tenía valor como joya decidieron deshacerse del botín.
La Policía no acaba de creerse esta versión y sospecha que el relicario se halla en poder de algún coleccionista caprichoso.
Pero supongo que la Policía no acaba de desvelar la tercera posibilidad que se nos ocurre, y que sin duda sería la más terrible, peligrosa y desconcertante de todas.
Imaginemos que sucedería si alguien fuera capaz de clonar a Juan Pablo II con esa sangre. La pequeña revolución que está llevando a cabo el papa Francisco I se quedaría en nada si nos encontráramos con Benedicto XVI aún vivito y coleando, Francisco I ejerciendo y una miríada de Juan Pablos II reclamando su puesto.
El cisma de Occidente con Benedicto XIII y Urbano VI se quedaría en una niñería ante Benedicto XVI, Francisco I y Juan Pablo II1, Juan Pablo II2, Juan
Pablo II3, …
Creo que en el Vaticano van a estar dispuestos a pagar cualquier rescate por la sangre.
Esa idea que se te ocurrido es muy original y desde luego digna de una buena novela policiaca con mucha intriga y suspense.
ResponderEliminarSi Juan XXIII reviviera y se uniera a Franciscus, algunos importantes sotanados de púrpura lo iban a pasar muy mal.
Cosas más raras veremos.
ResponderEliminarPodríamos tener cada uno nuestro propio Juanpa... y amaestrarlo para que no nos torturara con la encíclica de turno... business, business...
ResponderEliminarUn saludazo.