No cabe duda que la industria del Turismo es la principal fuente de ingresos externos de España, pero está visto que otra fuente de lo más importante es todo lo relacionado con el Juego. Múltiples casinos que se relacionan estrechamente con turistas adinerados que nos visitan, la lotería de Navidad que ya pueden incluso comprar desde el extranjero sin necesidad de moverse.
Y cada semana se puede optar por Primitiva, Bonoloto, el Gordo de la Primitiva, Apuestas hípicas, el euromillón, y eso por no hablar de los millones que mueve desde hace mucho tiempo la ONCE y los bingos. Está visto que el ciudadano no le hace ascos a tentar a la suerte por unos euros de nada, que cuanta más crisis y dificultades financieras más tentados somos por la opción de que unas crucecitas en un papel no resuelvan todos nuestros problemas. Cualquier oposición consta de muchísimas preguntas con al menos cuatro opciones y una simple quiniela consta de tan sólo tres opciones y hasta se pueden poner triples. Y en vez de unos infumables tomos, tan sólo hay que leerse el MARCA de vez en cuando.
Ya con Zapatero se rozó la muerte de la gallina de los huevos de oro al barruntarse privatizar y vender toda esa industria, pero al parecer todo quedó en agua de borrajas, pero duro más golpe supuso que el afán recaudatorio del gobierno (en este caso del PP) quisiera quedarse con el 20% de las ganancias de los jugadores. Con lo fácil que hubiera sido disminuir ligeramente el porcentaje dedicado a los premios.
Pero lo que ha supuesto un duro golpe sin duda para los ingresos estatales ha sido la llegada de las casas de apuestas tanto físicamente como en la red. Sobre todo en lo relacionado con el fútbol, ya no hay porque hacerse un experto en Segunda División para poder hacerse con una quiniela premiada. Uno puede elegir los partidos a los que apostar, al resultado exacto, signo del partido, primer goleador, cantidad de goles, vamos, infinidad de opciones y con la ventaja de saber lo que te vas a llevar exactamente, sin depender de la cantidad de acertantes y de lo que se lleva el voraz Estado.
Pero tanta voracidad tiene una contrapartida. Fomenta y permite exageradamente la ludopatía: en internet se puede apostar las 24 horas del día, y en las casas de apuestas todos los días hay alguna competición deportiva a la que poder apostar.
Cuando comencé a hacer uso de sus servicios se me pedía el DNI, supongo que con el propósito de comprobar si pertenecía a uno de esos listados de ludópatas compulsivos que han pedido que no se les permita apostar, pero últimamente tan sólo me lo preguntan, con lo cual la prohibición no sirve de nada, supongo que también servirá para impedir que se cuelen menores de edad, pero en mi caso tristemente no es pertinente.
Así que insto a las autoridades para que se refuerce ese aspecto de estos establecimientos y realmente impidan el acceso a los apostantes arrepentidos en plena recaída si no queremos encontrarnos pronto con economías familiares más arrasadas aún.
Por cierto, ¿para cuándo esos listados en relación con el censo electoral? Votantes arrepentidos que el día de la jornada electoral caen en la tentación de volver a votar.
Esa, esa es la pregunta clave ¿para cuando las listas de votantes arrepentidos?
ResponderEliminarEn uno y otro caso, amigo ULTIMO DE FILIPINAS, cuando más pobre es un ciudadano más juega a las APUESTAS, incluyendo a la de VOTAR, y al mismo tiempo es cuando más PAN se consume.
Yo también me apunto a esto último.
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