Nada nuevo.

Todo parece indicar que tras las elecciones del 24-M nos vamos a encontrar con toda una serie de pactos más o menos puntuales cogidos con alfileres, tan precarios que constantemente se van a venir abajo.

Preveo que en más de un lugar van a tener que repetir elecciones ante la imposibilidad de llegar a acuerdos para nombrar alcaldes y presidentes autonómicos, que tal vez se junte con una factible repetición de las elecciones andaluzas.

También veremos un cambio de alcalde o presidente por desmoronamiento de algún pacto y formación de otro.

Así que todo ello provocará confusión, perplejidad e irritación de los votantes, haciendo que éstos poco a poco vayan cambiando su intención de voto o simplemente dejar de tener intención de ejercer tan encomiable derecho. Así que en cuatro años podemos encontrarnos con un escenario de lo más confuso, pero que hace preveer que en seis u ocho años todo volverá a estar como antes, con dos partidos mayoritarios, dos partidos nacionalistas comodines ejerciendo de moscas cojoneras y una izquierda más a la izquierda puramente testimonial.

Y es que en política tampoco hay nada nuevo bajo el sol, que tras la marejada siempre vuelve la calma chicha.