La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 19 de junio de 2016

Palabras.


Se suele comentar que una de las palabras más largas que existe en español es esternocleidomastoideo aunque es superada tan sólo por una letra por electroencefalografista, aunque todas ellas cuentan con el “truco” de ser palabras compuestas, y, claro, así es mucho más fácil.
En inglés existe antidisestablishmentarianism, que es la doctrina o posición política que se opone a la separación entre iglesia y estado.  Que supera al término español, y que también se trata de una palabra compuesta, pero nada que ver con el nombre de una ley alemana que literalmente machaca a las anteriores: Rindfleischetikettierungsüberwachungsaufgabenübertragungsgesetz, que con 64 letras viene a significar Ley sobre la transferencia de las obligaciones de vigilancia del etiquetado de la carne de vacuno y la designación de los bovinos. Casi nada. Eso sí, la ley en cuestión sólo estuvo en vigor 13 años, no sé si porque se encontró una mejor o por evitar el tener que ser pronunciada por las autoridades.
Y como palabra kilométrica existe el nombre de un pueblecito galés y su homónima estación de tren, que tiene a bien llamarse: Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch, que traducido viene a significar “iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y la iglesia de San Tisilio cerca de la gruta roja”, al parecer poco a poco se va imponiendo la costumbre de llamarlo Llanfairpwll. Sus motivos tendrán.

2 comentarios:

  1. Genial el tema, don ültimo.
    Desde siempre los teutones tienen afición a crear palabros mediante la unión varias palabras, y de ahí que a veces casi imposible saber de qué van, y mucho menos `pronunciarlas.

    Pero las que traes tú, como esa galesa, son el summum de la impronunciabilidad.

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