Basta hacer algo de zapping para ver cómo rellenan la parrilla diversos programas donde se puja por el precio de diversos objetos. Casi siempre el cliente pide algo razonable por lo que va a empeñar y el dueño de la tienda, prepotente y conmiserativo él, baja brutalmente la valoración y es a partir de ese último precio donde comienza a regatear, pero ya con pocos altibajos. A veces llegan a un acuerdo, y en otras el cliente se marcha sin vender pero con el orgullo intacto.
Pero todo tiene su antecedente histórico. En tiempos de la Guerra de la Independencia, el fraile Asensio Nebot era jefe de una partida de guerrilleros que traía mártir a los franceses, dando golpes de mano que causaban múltiples bajas y quebrantos a los convoyes de los invasores.
Harto de ello, el general italiano, pero al servicio de los franceses, Luigi Mazzuchelli, expidió un decreto donde ofrecía 1.000 duros por la entrega, vivo o muerto, de Nebot, y 800 por cualquiera de sus colaboradores.
No por ello el fraile se amilanó lo más mínimo. Simplemente contestó ofreciendo dos céntimos a quien le entregará el general, y si éste le era entregado muerto, tan sólo uno.
Eso es regatear duramente.
Los frailes trabucaires hispanos siempre han sido muy chuletas tirados "palante".
ResponderEliminarA ver quién da más.
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