La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 16 de abril de 2018

Monarquías.


Viendo el ataque perpetrado hace poco por EE.UU., Gran  Bretaña y Francia (Y España sólo en plan cuaternario más que secundario) se me ocurre un argumento más en favor de los partidarios de la Monarquía y la Dictadura vitalicia sobre las Democracias al uso.

Vamos viendo cómo los U.S.A. sistemáticamente se meten en berenjenales bélicos un año sí y al otro también. Estoy convencido que cada nuevo presidente que llega a la Casa Blanca dispone de un globo terráqueo, lo hace girar y lo detiene con el dedo decidiendo que ese es el próximo país con el que guerrear (si se trata de los propios Estados Unidos no hay problema, se declara una guerra civil)

En el Imperio el presidente es sustituido cada 4 o 8 años (qué estúpida norma de la RAE al suprimir la tilde entre números) y al margen de que el mandatario sea del mismo partido o del contrario, el novato se encuentra con una serie de problemas, generalmente económicos y sociales, que debe solucionar en tan corto periodo. ¿Qué solución mejor que una guerra rápida, brillante y saqueadora? Lo que pasa es que las guerras tienen la maldita tendencia a enquistarse, torcerse y a veces perderse.

En una monarquía la sucesión tarda más en producirse, y con que un rey pierda una guerra, ya aprende la lección y es difícil que se vuelva a meter en otro conflicto. Además el sucesor es de la familia por lo que tampoco urge hacerlo mejor que el progenitor y los plazos son mucho más largos, con lo que al ser coronado basta con que diga que se va a limitar a continuar la política del que ha fallecido o abdicado.  No son precisos los cambios demasiado radicales.

Se me dirá que a veces, incluso en la monarquía, hace falta un cambio de sangre, un aire nuevo y ventilar los genes.  Pero para eso ya están los cambios de dinastía, que de vez en cuando se producen, y en medio de cada dinastía las “trasfusiones” de sangre que se producen por los deslices de las reinas que hacen que los genes se pongan un poco al día.

Se me dirá que en este caso el Reino Unido es monarquía, pero no es la reina quien ha decidido, supongo que como mucho se le habrá informado y a destiempo, y, claro, así no hay manera.

3 comentarios:

  1. Como bien indicas la ventaja de las monarquias sobre las repúblicas reside en que el Jefe del Estado (que no unicamente está en todas partes para presidir actos y no para decidir, salvo en Usa) es siempre alguien conocido que además está obligado a no intervenir en POLÍTICA, mientras que en las repúblicas podriamos tener unos años a Felipe Gonzalez, otras a Aznar y en los años bisiestos a tipos como el Melenas para que disfrute de palacio, que es lo que más gusta a los comunistas desde que nacieron.

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  2. ¿Y si nos ahorramos ambas figuras?

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