La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 1 de abril de 2018

Doce hombres sin piedad.

Después de ver este domingo Doce hombres sin piedad y haberla disfrutado en todos los sentidos, me he preguntado qué pasaría si dicha película, que había sido escrita para televisión y teatro, se hubiera rodado hoy y para los gustos de hoy.

Para empezar hubiera mostrado el asesinato del padre con todo lujo de detalles, aunque obviamente sin mostrar la identidad del asesino. Todo ello con buena recreación de efusión de sangre, vísceras y sufrimiento. Seguramente se cambiaría el arma. La navaja da poco de sí, tal vez estaríamos hablando de un machete. El lanzallamas no quedaría mal, pero se haría difícil la escena donde el protagonista lleva uno encima durante las deliberaciones.

En las discusiones acaloradas, los enfrentamientos hubieran sido algo más que verbales. Alguno que otro hubiera acabado con el ojo morado y con dientes de menos. El ujier hubiera tenido que entrar a menudo a poner algo de orden o a recoger una silla rota o barrer los cristales rotos.

El personaje que recrea su conflicto con el hijo, hubiera pasado a tener una historia de abusos sexuales, que recrearía en flash back con mucha sabrosura, y como en el original no aparece ninguna mujer, pues pasaría a tratarse de su hija. Ante todo mucho morbo.

Y finalmente, nada de dejar el final tan en el aire. El público quiere saber si el asesino ha sido el hijo, y si no se aclara, que quede evidente que ya se está grabando la segunda parte donde todo se puede aclarar.  Y sobre todo una escena final donde se diga si el acusado ha sido declarado inocente y culpable, y un gesto donde uno de los miembros del jurado que ha logrado sus propósitos le hace una peineta considerable a uno de sus contrincantes.

Y puesto que el título no permite incluir mujeres, que estemos ante una jueza y algún que otro miembro del jurado sea negro y/o homosexual manifiesto.

Así quedaría más o menos listo un posible remake para el siglo XXI.

2 comentarios:

  1. Eso que describes es pura ACTUALIZACIÓN TRENDING, que dirían los mozos y mozas ahora.

    ResponderEliminar
  2. Eso sin olvidar una buena dosis de palabras malsonantes.

    ResponderEliminar