La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 13 de enero de 2020

Miedo al castigo.


He vuelto hace un momento del aeropuerto, y he comprobado como en las colas de embarque los pasajeros andaban preocupados ante la eventualidad de que sus voluminosas maletas se pasaran de peso o medida, exponiéndose a una tasa extra o tener que dejar el bulto en tierra.


Cuando ha comenzado el embarque había tal aglomeración de pasajeros y falta de tiempo, que se ha procedido a la facturación sin medir ni pesar. Todo ello para la desesperación de más de uno que habrá dejado cosas sin meter en la maleta.


Supongo lo anterior es algo que sucederá habitualmente, y las autoridades cuentan con que la inmensa mayoría de los pasajeros no se arriesgarán.


Ayer leí que algo parecido sucede en Corea del Norte. Allí todo está absolutamente controlado, incluso la actividad con los pocos móviles de que se dispone. El acceso a internet está bastante capado y limitado, pero siempre queda hacerse con una tarjeta SIM en el marcado negro y poder acceder a contenidos prohibidos. Pero el Estado omnipotente de vez en cuando procede a controlar la actividad que uno hace con sus teléfonos y si comprueba que se está  visitando webs no autorizadas a uno se le puede caer el pelo. Y eso allí no es ninguna nimiedad. 


También sabe los norcoreanos que es imposible que el Estado puede acceder a todos los teléfonos las 24 horas del día. Pero siempre cabe la posibilidad de que te toque la china, y por eso la inmensa mayoría se reprime.


Pero en el tráfico español sucede totalmente lo inverso. Las carreteras están plagadas de radares, coches de la Guardia Civil, helicópteros y hasta drones, pero las burradas se siguen cometiendo a mansalva.


Y es que, conociendo la mentalidad del conductor medio, hasta que no se instale en todos los vehículos un tacógrafo o chip que se chive de las infracciones cometidas, las buenas conductas no van a llegar al asfalto patrio.


Solo nos salvará el saber que el 100% de las faltas van a ser penalizadas. Y aún así, alguna caerá.

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