Se lo estamos poniendo fácil a la Comunidad Europea. Es evidente que Europa se está fraccionando a marchas forzadas y que lo de una Europa a dos velocidades, e incluso tres como nos descuidemos, lo tendremos aquí antes de lo que pensamos.
Pero ciertamente se haría muy traumático para los países de Segunda División el tener que volver a sus monedas anteriores ya desechadas y consideradas como reliquias del pasado. Haría falta establecer una moneda para esos países, en los que probablemente estaremos de lleno. Y esa futura moneda la tenemos ya entre nosotros sin que apenas nos demos cuenta: el tapón de plástico.
Vemos que ONG's, organizaciones, colegios, fundaciones, etc se desviven por hacerse con los tapones de plástico que inconscientemente tiramos cada día. Por algo será, la nueva moneda ya está en ciernes, y tan sólo falta establecer su correspondencia con el euro, dólar, yen y libra esterlina.
Eso sí, que nadie espere más igualdad social con la nueva moneda. Evidentemente quien más gane más envases comprará y por tanto dispondrá de más tapones con que acudir al mercados. Y es que los ricos seguirán siendo ricos sea en la moneda que sea. Pasó hasta con el rublo soviético.
Lo más sorprendente será el parecido entre un cajero automático y una máquina dispensadora de refrescos.
Un poco complicado lo veo el imponer como moneda, aunque tal como lo explicas, los tapones son muy "cotizados" por algunos y no sé para qué.
ResponderEliminarPues cosas más peregrinas estamos viendo.
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