Enseñando y limpiando.

Sinceramente, me encantaría tener acceso al correo de este tal Daniel. Al parecer el que ha pagado estos dos anuncios busca tanto una profesora de español para vivir en un piso, tipo estudio, (eso sí, con entrada separada) con una jornada laboral de tan sólo 3 ó 4 horas al día. Un chollo vamos.

 

Lo curioso es que justamente bajo ese anuncio se puede encontrar otro exactamente igual, donde el mismo anunciante se halla a la búsqueda de una limpiadora para encargarse del hogar y el jardín. Y a la que se exige igualmente un buen nivel de español para que el tal Daniel, o quien con él resida pueda practicar el idioma.

 

Eso sí, en ambos casos el contrato es tan sólo por seis meses. Tiempo en el que alguien desea dominar el castellano recibiendo clases durante cuatro o cinco horas, y que luego va a practicar explicando a la limpiadora cómo quiere que deje la ornamentación del jardín  o cómo de brillante quiere que se deje la vajilla o la energía con que se debe darle a la escoba en todo el estudio.

No creo que vaya a tener problema alguno el anunciante. Estoy seguro de que a estas horas su correo electrónico rebosa de e-mails de candidatas (y seguramente de algún que otro candidato por aquello del "si cuela"), y lo triste sería comprobar que la inmensa mayoría lo harán en relación con ambos puestos, tal y cómo está la situación laboral por estos pagos.

Así que si se quiere ahorrar unos euros, que haga un contrato único,  y podrá tener una eficiente profesora de la que él o sus hijos reciban clases de español durante cinco horas, y de la que se podrá vengar poco después escuchándola cantar coplas mientras pasa la mopa por el estudio de dos puertas.

Eso sí, la afortunada que consiga el trabajo podrá hacer suyo el lema de la RAE: "Limpia, fija y da esplendor."