La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 10 de marzo de 2014

Santa Rita.

Ayer vi una pintada que rezaba: ¡A las calles como en Ucrania!

Y realmente el mensaje es un poco confuso, porque las calles en Ucrania también andan un tanto confusas, pero supongo que el autor no debía ser prorruso, porque en vez de Ucrania se hubiera referido a Crimea o tal vez a Donetsk.

Tampoco sé cuánto tiempo hace que se realizó el grafitti, pero por ahora lo que se puede pensar es que los ucranianos prooccidentales se han "lucido". Es cierto que han conseguido derrocar a un presidente, que aunque elegido democráticamente, se había desmandando un tanto. Pero el precio está siendo alto: unas decenas de muertos de los que nadie se acordará en unos años, el país desgajado y con pocos visos de solución, el suministro de gas muy en el aire y a un precio desorbitado, y una ayuda occidental también muy en el aire.

Normalmente cuando dos potencias de disputan un territorio, tiene más la de ganar la que le queda más cerca el escenario de las operaciones, y ahí Putin lo tiene más que fácil. A un tiro de piedra lo tiene, como pedrada tendría en su momento Nikita Krushev cuando como máximo dirigente de la URSS tuvo la ocurrencia de regalar Crimea a Ucrania. Posteriormente Rusia voto en 1992 que dicho regalo era ilegal ( a buenas horas) y de ahí viene el conflicto, porque  Ucrania se acoge a aquello de Santa Rita, Rita..., pero Santa Rita es santa católica y tanto en Ucrania como Rusia no es el catolicismo precisamente la religión mayoritaria.

Vamos, que al final todo se reduce a la vieja cuestión de si se han de devolver los regalos que se hicieron los novios cuando cada uno marcha por su cuenta. Lo que sucede es que el regalo es muy valioso, todos lo quieren y al que sale a la calle a reclamarlo le llueven los palos y balazos.

Ahora los ucranianos pasarán del Santa Rita, Rita... al Virgencita que me quede como estoy. Pero creo que ya es algo tarde.

4 comentarios:

  1. Lo explicas muy bien y conforme a la realidad de lo que sucede en Ucrania, y los ucranianos ya están rezando eso de que "Virgencita que me quede como estoy", aunque sean muslimes y griten más eso de "Alá es grande".

    Y como Alá está con Putin, pues a joderse y a aguantarse.

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  2. El caso es que se ha preparado un lío de envergadura, en el que los platos rotos los pagarán los de siempre.

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  3. Si la cosa sigue escalando y escalando, quizá toda Europa tendrá que acercarse a ponerle una vela a la Virgencita.

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  4. Los que vamos a tener que pedirle a la virgencita que nos deje como estamos somos los que ni lo comemos ni lo bebemos, si los armericanos y la Otan le paran los pies al Putín.

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