Es curioso el criterio que solemos tener a la hora de buscar culpables de algún desaguisado. A tal conclusión me ha llevado lo que ha sucedido recientemente a un sirio que residió temporalmente en los EE.UU.
Durante su estancia allá decidió convertirse al cristianismo, para lo cual hubo de bautizarse. Durante la ceremonia se hicieron fotos, y él pidió encarecidamente que el hecho se llevara en secreto porque de saberse su vida podría correr peligro cuando volviera a Siria. La iglesia donde se bautizó se lo garantizó y todo quedó bajo secreto.
Pero estando ya el converso vuelto a su tierra sucede que alguien de la iglesia decide publicar las fotos y la noticia en la página web de la institución, imágenes y datos que llegan a manos de celosos islamistas sirios, que ni cortos ni perezosos, secuestran y torturan al desdichado nuevo cristiano.
Afortunadamente el sujeto ha logrado huir de sus captores y volver a los EE.UU., donde lo primero que ha hecho ha sido demandar a la indiscreta iglesia, desatándose una campaña mediática tanto a su favor como a favor de la iglesia por poder mostrar sus archivos.
Y mientras tanto nadie se ha preocupado de clamar contra los verdaderos culpables, aquellos que impiden la libertad de conciencia reprimiéndola a sangre y fuego sin piedad. Y mientras reirán viendo a sus enemigos arremetiendo unos contra otros.
La eterna tontunez de sirios y troyanos, siempre echando la culpa a otros cuando lo que subyace es lo que dieces : ausencia de libertad religiosa.
ResponderEliminarHay una tendencia bobalicona y políticamente correcta en todo Occidente que ha decidido "comprender" hasta lo infinito a todo el islamismo radical y al mundo musulmán en general. Me ha pasado varias veces: oyes criticar a la Iglesia católica o al cristianismo con toda gana, pero en un momento dado que tratas de criticar la barbarie musulmana actual; muchos tratan de mirar para otro lado o justificarlo con hacerlos ver como pobres gentes víctimas de la pobreza y de nuestras injusticias colonialistas. La ideología del auto-odio ha calado con fuerza.
ResponderEliminarSe han quedado en la Edad Media y ya sabemos cómo se ajustaban las cuentas entonces.
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