Después del último caso de corrupción descubierto no me cabe duda: la historia se repite con insistencia machacona. Después de pensar que jamás se iba a volver a aquellos tiempos de Felipe González donde cada día nos desayunábamos con uno o más casos de corrupción, vemos que estamos volviendo a la misma situación.
Y con un agravante, antes sólo estaba metido en el ajo el partido gobernante, el cual se repartía a su antojo el pastel que cocinábamos entre todos los que pagábamos impuestos. Ahora se han sentado a la mesa sin el menor pudor los partidos a los que toca estar en la oposición y hasta los sindicatos.
Y el que paga los ingredientes del pastel ve que de esa forma el pastel tiene que ser mucho más grande, porque antes para que uno se sentara a la mesa, otro la tenía que dejar. Ahora simplemente se agrega otra silla más.
Corremos el peligro de que la situación se convierta en algo normal, inevitable gobierne quien gobierne y hasta llegar a la conclusión de que mejor que roben los míos, que me caen mejor.
En fútbol se habla mucho de que a veces un equipo no gana un partido, sino que lo pierde el rival por lo mal que lo ha hecho. De momento por la izquierda ha surgido el populismo barato, y no sé lo que tardará en surgir por Estribor, que difícil no lo tiene: inmigración descontrolada, paro, delincuencia, etc. Y entonces tendremos el reiterativo choque de trenes del que realmente serán culpables los que ahora se reparten el pastel.
Así es y deviene en una repetición ( no sé si la tercera o la cuarta) de otras situaciones similares con aquellos del 36 y los de cuando Espartero y Prim.
ResponderEliminarAl menos en las otras ocasiones siempre terminaba la juerga con la intervención de un espadón. Pero ahora ya no nos queda esperar ni eso.
Estoy totalmente de acuerdo, estos los culpables del nacimiento y auge de formaciones populistas de uno y otro signo, se lo están poniendo en bandeja, el señor Pablo Iglesias, debe estar tan contento frotándose las manos.
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