Recuerdo que hace mucho tiempo vi una película del Oeste en la que dos soldados del Séptimo de Caballería habían acabado con dos indios. Yacían los cadáveres en el suelo cuando uno de los soldados pegó un tiro en cada uno de los ojos de los finados.
Extrañado el otro soldado le pregunta por qué lo ha hecho, y el interpelado le responde que esa tribu cree que si mueres ciego no eres capaz de encontrar el camino hacia Manitú. El sargento que los oye le pregunta airado si él cree en eso, y el otro, tranquilamente, responde que no, pero que ellos sí.
Me he acordado de esa escena cuando se ha ido verificando cómo han ido cayendo los terroristas de París. Unos indivíduos que han atentado contra la libertad de expresión negándola de la manera más radical posible han ido a caer rodeados de máquinas de imprimir y tinta, y el tercer nada menos que una tienda de alimentos judíos. Vamos, que se han lucido.
Siguiendo esa dinámica no me extrañaría nada que la perseguida Hayad Boumeddiene, cómplice de los ya abatidos, cayera refugiada en una iglesia, un teatro o una biblioteca.
DON ULTIMO
ResponderEliminarParadojas de los fanáticos creyentes de lo intolerante.
Eso me recuerda que Pitágoras, el inventor de las matemáticas occidentales, odiaba una sola cosa : LAS HABAS. Y murió de un infarto en un campo habas cuando trataba de eludirlas.
Estos que han caído, no sé cuan inteligentes serían, pero lo más lamentable de todo esto es que en esos círculos, hay personas supuestamente bien formadas que sin embargo llevan adelante sus planes asesinos. Eso es ser malo, mala persona.
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