1960. El líder soviético Kruschev se hallaba presente en la Asamblea de la ONU escuchando a un miembro de la delegación filipina denunciar la colonización que la URSS ejercía sobre los países de la Europa Oriental.
Indignado, no tuvo reparo alguno en quitarse un zapato y comenzar a protestar golpeando su pupitre. Dado que allí los ujieres deben tener órdenes de dejar hacer a sus señorías lo que les plazca por temor a provocar una III Guerra Mundial, y más aún en aquella época, al Camarada Nikita le dejaron seguir aporreando su mesa hasta que se cansó.
Una vez reestablecida la calma el orador interrumpido, permaneció en silencio, pidió de nuevo la palabra y simplemente preguntó: ¿Me lo podrían traducir?
Las fuentes históricas no aclaran cómo salieron del trance los servicios de traducción de la ONU, pero que se vayan preparando los que llevan años calentando los escaños del Congreso, porque numeritos como esos vamos a tener un día sí y otro también ante la más que previsible llegada de algún que otro miembro de podemos al Parlamento. Las salidas de tono de Llamazares y algún nacionalista se van a quedar en nada, y al futuro presidente del Parlamento, tercera autoridad del Estado, le va a hacer falta mucha mano izquierda y habilidad para lidiar con la situación. Pero que esté tranquilo, que sólo van a ser cuatro años de nada. Luego la borrasca se disipará como nada. De hecho ya se está calmando incluso antes de llegar.
Aquello de Nikita lo viví y fue un semi-escándalo mundial pero también un aldabonazo para los que creían que eran los amos del Mundo. Se rompieron todos los protocolos de cortesía parlamentaria mundial.
ResponderEliminarEn el Parlamento Vasco los batasunos han imitado muchísimas veces al Nikita y todo sigue igual. Con la diferencia de que ahora los batasunos mandan en muchísimas instituciones y los OTROS no tienen huevos para hacer lo que ellos : zapatazos.
Al fin y al cabo, es por lo que se recuerda a los parlamentos, por cosas de estas, aparte de su inoperancia.
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