La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 15 de mayo de 2016

Pecunia non olet.

Indefectiblemente cada vez que la Administración aumenta las sanciones por infracciones de tráfico, si se pregunta a los conductores, éstos acuden a la acusación de que todo se hace por afán recaudatorio. Da igual las muertes diarias en la carretera, primero el bolsillo y luego la seguridad.

Algo parecido se puede observar en los centros comerciales de la Comunidad de Madrid, y supongo que de toda España. En todos ellos se podrán encontrar carteles donde se prohíbe deambular por sus pasillos con bicicletas, patines, jugando con pelotas o incluso usando peonzas. Todo ello se supone que por seguridad de los demás clientes, no creemos que lleguen al extremo de temer un alunizaje hecho con monopatín. Aunque tal vez esté próximo algo parecido hecho por Cañamero con un carrito del Mercadona.

Todo ello parece muy correcto si no fuera porque últimamente se ha puesto de moda ofrecer a los padres el alquiler de unos cochecitos eléctricos donde sus vástagos pueden circular por un precio nada módico, delante de los escaparates a una velocidad moderada, para así estar entretenidos y no forzar la retirada prematura de los padres de esos templos del consumismo.

Existen dos modalidades, una, para los conductores más avezados, donde el niño dirige su vehículo manejando a su antojo volante y freno, y otra, para más pequeños, donde el padre, desde fuera, dirige el coche con un mando a distancia.

El problema es que todo esto pone en grave peligro las tibias y tobillos de los demás clientes del centro, porque los que manejan sus autos no tienen carné precisamente y embisten alegremente todo lo que se pone a su alcance, mientras que los padres que hacen uso del mando, a menudo se despistan mirando escaparates, dando conversación a acompañantes o por tener tapada la visión por el gentío comprador.

Hasta ahora sólo he visto "alcances" sin graves consecuencias, pero tarde o temprano algún anciano acabará en el suelo y ahí vendrán las lamentaciones.



2 comentarios:

  1. No me gusta nada lo de esos coches para niños. Es más : yo exigiría un carnet de conducir CARROS a muchos de los que van mirando mercancias en los Hipers.

    Hay cada señora que es de órdago. A veces es imposible rebasarlas en un pasillo porque bloquean todo y allí se están de chachara con una vecina que la ven cada día.

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