La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 29 de mayo de 2016

¡Ay, el dinero!

Recuerdo que hace algunos años leí un artículo donde los empleados de un bar propiedad de un afiliado de Herri Batasuna, se quejaban de que su jefe, mucho hablar de libertad, socialismo y emancipación, pero luego les trataba como a perros, les escamoteaba en el salario y les colocaba horas extra que no pagaba.
El empresario de puro y chistera ha pasado a la historia. El látigo del patrón de izquierdas ya no sólo tiene forma estatal.
Total, cualquier empresario, nacional o extranjero, no va a tener problema en que el gobierno de turno le respalde.

Está claro que al igual que si el emperador Flavio Vespasiano se permitió decir aquello de que el Dinero no huele cuando su administrador Muciano le recriminó que se lucrara construyendo y cobrando por el uso de letrinas públicas, hoy el empresario medio diría algo parecido, que el dinero no entiende de ideologías.

2 comentarios:

  1. Algunos son tan tontos, que hasta que no tienen un asalariado a su cargo, no se dan cuenta de lo que cuesta. Y entonces, todo su mundo de solidaridad e igualitarismo, se viene abajo.
    Y es que el billetero es la parte del cuerpo humano que más duele.

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