Vidas paralelas.

Está claro que cuando las circunstancias son muy adversas da igual la opción que escojas, hagas lo que hagas, te va a ir mal.








Lev Lámenev: revolucionario ruso, fue detenido por los zaristas, pero consiguió fugarse, uniéndose a los bolcheviques. Fue nuevamente detenido por los zaristas pero la caída del Zar lo dejó libre. Al principio se opuso a la insurrección, pero cuando vio que era lo que se iba a imponer se hizo con un papel dirigente en el nuevo estado soviético. A la muerte de Lenin se alía con Stalin contra Trotsky, más tarde rompe con Stalin por la teoría del socialismo en un solo país, y se une a Trotsky. Finalmente capitula ante Stalin y se retracta. Es ejecutado en el primer juicio de Moscú.

Sergei Kírov: Se unió desde muy pronto a los bolcheviques. Fue siempre fiel a Stalin. Muy popular y con creciente peso, en el Congreso  de 1.934 fue el candidato al Comité Central más votado (sólo 3 votos en contra) donde es elegido junto con Stalin (292 votos en contra).

Stalin no se lo perdonó, fue asesinado y la responsabilidad atribuida a los trotskistas para que fueran más reprimidos aún.

Priot Krásnov: Teniente general zarista, se opuso a la revolución aunque apoyó a los moderados de Kerenski argumentado que "con el mismo diablo, pero contra los bolcheviques" Huyo a Alemania donde colaboró con los nazis. Tras la II Guerra Mundial los ingleses lo entregaron a la URSS, donde fue ejecutado.





Con circunstancias así, o eres el jefe del gallinero no sales con vida, hagas lo que hagas.