Aprovechando eso de las sesiones matinales, ideales para los que trabajamos de tarde, me he metido entre pecho y espalda la película Encontrarás dragones. Más o menos basada en la biografía de José María Escrivá de Balaguer.
Salí de la sala más o menos contento de haberla visto. Creo que dosifica en su justa medida los detalles reales con otros ficticios, como toda la vida del amigo de la infancia, o escenas de lucha en Madrid fuera de lugar y cronología.
También detalles anacrónicos, como que en una unidad de la CNT en plena guerra civil se profiera alguna que otra jaculatoria y ni por asomo surja las esperadas blasfemias. Que las banderas que ondean durante toda la película se muestren impolutas, mostrando casi las dobleces del reciente planchado, o que ni un solo sacerdote muestre la acostumbrada tonsura que se solía practicar en la época y que tantos disgustos dio a los curas que se fugaban de zona roja.
La veo apta tanto para creyentes como no creyentes, así como católicos “operarios” como no operarios, e incluso cristianos no católicos.
Pero eso sí, incluso en esta película que trata del fundador del Opus Dei, el malo requetemalo no podía ser otro que el franquista de turno. Y es que hay cosas que no cambian en el cine.
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