El ex-comisario Planchuelo se va a enfrentar a un juicio en el que le pedirán 114 años de prisión, que ya son años, por dos atentados a dos bares en Francia. Todo ello en un intento frustrado de cazar etarras y proetarras refugiados en el santuario francés.
Es curioso que los atentados consistieron en meterse en los bares y disparar a todo lo que se meneaba, pero los periódicos en sus titulares en vez de referirse a los séis heridos hablan de atentados a bares.
Por ello el españolito medio puede ser llevado a confusión y montar en cólera, pues pensará que si a un ciudadano le pueden castigar con 114 años por atentar contra dos bares. 57 años por cada bar.
¿Cuántos años le tendrían que caer a un gobierno que primero hizo dividir a los bares con costosas obras en zonas de fumadores y no fumadores, luego prohibió fumar en todos ellos ahuyentando aún más a los clientes, gravando con impuestos abusivos el alcohol, aumentado las tasas por la apertura de terrazas y elevando los impuestos sobre estos establecimientos hasta niveles nunca vistos?
Más de un pensará que sólo se podrá hacer justicia reinstaurando la pena de Presidio Mayor o incluso el Garrote Vil.
Por cierto, aconsejaría a la defensa del ex-comisario Planchuelo, que alegara que su defendido creyó ver a alguien fumando dentro de los susodichos bares.
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