La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

martes, 12 de julio de 2011

Planeta díscolo.

Imaginemos un grupo de científicos extraterrestres (por tanto también pedimos que se imagine que existen los extraterrestres) y que fueran capaces de construir una telescopio potentísimo, capaz de vislumbrar a millones de años luz.

Oteando, oteando fijan su objetivo sobre la tierra y enfocan cualquier ciudad de Europa, y observan una autopista, repleta ella de automóviles que ordenadamente y lamentablemente despacio, van cada uno por su derecha pacientemente.

Discurren sobre ello los científicos extraterrestres y llegan a la conclusión de que existe la vida organizada sobre el planeta azul. Publican un artículo sobre ello y hasta se llevan el Premio Nobel del planeta que habitan.

Pero llega otro grupo de científicos, hace uso del costosísimo telescopio y vuelven a enfocar su objetivo sobre la tierra, y el azar hace que sus tres ojos (porque imaginamos que estos extraterrestres disponen de tres ojos) vean una autopista del sur de Inglaterra, y la ven igualmente poblada de pacientes coches pero cada uno discurriendo por su izquierda.

Este grupo hace público su descubrimiento, escribiendo asimismo un artículo para intentar demostrar que en la Tierra no existe la vida organizada y menos aún inteligente, ya que existe tal contradicción.

Algo así es lo que ha sucedido con Stephen Hawking, al que sólo el hecho de ver un planeta que gira en sentido contrario al resto le ha hecho llegar a la conclusión de que Dios no existe.

Sorprende saber que el sesudo investigador haya tenido que esperar 69 años para enterarse de que siempre hay excepciones que confirman la regla.

Miles de ateos se han adherido a lo manifestado por Hawking, aunque a la inmensa mayoría de ellos si se les pregunta cómo puede derivarse de que un planeta vaya al revés que no exista Dios, responden con un significativo encogimiento de hombros.

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