Huelga.

Curioso es lo que hemos podido comprobar con esto de la huelga de futbolistas. (Una huelga peculiar que les ha impedido jugar la liga pero no Supercopa, torneos o Champions league, deben ser los servicios mínimos pactados)

Todos los años venían amenazando con lo mismo, pero curiosamente en el último momento se llegaba a un acuerdo y teníamos fútbol. Eso sí, cada vez más pronto. Antes se sabía que el fútbol empezaba a la vez que el trabajo, el colegio y la rutina. Ahora no, cuando no era por el Mundial, era por la Eurocopa pero el caso era que las televisiones pudieran emitir fútbol de verdad lo antes posible. Sobre todo desde que el fútbol interesante es de pago.

Cuando esto se escribe hay dos jornadas que se han suspendido, pero la sorpresa llega con que nadie se rasga las vestiduras. Los futbolistas se mantienen tranquilos y descansados, los clubes saben que únicamente se retrasan sus taquillas y el pago que en su momento harán las televisiones, los aficionados aliviados porque pueden finalizar sus vacaciones sin que les apremien la vuelta y los parientes de los aficionados alegres porque  esos partidos se jugarán entresemana y no perjudicarán fines de semana que se han de dedicar al ocio y descanso.

Sólo parecen indignadas las televisiones y diarios deportivos (no parece que en esto se hayan entrometido los dichosos indignados del 15-M)

Parece que el volver a las costumbres de antaño no parece perjudicar especialmente a la sociedad, así que cabe preguntarse qué pasaría si volvieran a cerrar todos (repito: TODOS) los comercios durante los fines de semana. También se trataría de volver a las costumbres perdidas, las familias recuperarían horas de descanso y relax (no me acaba de entrar en la cabeza que haya quien disfrute comprando y consumiendo), y los lunes nos encontraríamos que el gran grueso de la sociedad volvería a sus trabajos con una sonrisa de descanso a sus respectivos trabajos (siempre y cuando su equipo no hubiera perdido ese domingo)