Dentro de más o menos años los que leen esto ejercerán de abuelos y abuelas, y se verán apremiados a dar sabios y sustanciosos consejos a los hijos de sus hijos.
Entonces la sentencia variará un poco. Se resumirá en: "Hazte banquero, que estarás forrado toda la vida, el horario de trabajo te lo marcarás tú, no sabrás lo que es el paro, y si algo te sale mal ya vendrá el Estado a rescatarte, que para eso ya les pagas a ellos sus campañas electorales. Eso sí, tal vez tengas que aguantar a algún impresentable en el Consejo de Administración, pero tú procura sentarte lejos de él, que en cuanto se le unte conveniéntemente ya se estará calladito y lo mismo ni se le ve ya más"
Yo creo que la recomendación de "¡hazte funcionario!", está hoy más vigente que nunca.
ResponderEliminarPara desgracia de este país,claro está.
La de ser sindicalista, tampoco está mal.
Acabas con un "Rolex" de 6.200 euros en la muñeca y te entierran sin trabajar.
Y si te despiden por mala gestión (harto improbable), demandas al Banco de España, como la pájara de la CAM.
ResponderEliminarEl ser funcionario es una profesión digna cuya dignidad depende de cómo la desempeñe cada indivíduo.Cada "vocacion" tiene sus rosas y sus espinas. Es propio de algunas personas fijarse en las rosas unicamente para alimentar la envidieja hispana.Es cierto que sobran fucionarios, los que fueron creados para mantener las ruinosas y desastrosas autonomías. Pero también sobran muchísimos tertulianos y comentaristas políticos cuya única misión es favorecer a su amo, sea de una u otra tendencia. Sobran los senadores, sobran todos los diputados autonómicos, sobran gran parte de los que se dedican a la política por no desempeñar su vocación en servicio a los españoles, sino a otros intereses. XAVIER
ResponderEliminarEn todas las profesiones existen garbanzos negros. Y en el tema de los funcionarios, hay dos tipos, a saber:
ResponderEliminar1º.- El que vive del Ministerio donde ejerce
y
2º.- El que el Ministerio vive de su trabajo.