Calle Soberanía.

Hablaba no hace mucho con un recién afiliado a la UGT que previamente había pasado a USO. Sindicato con el que había llegado a ser hasta delegado sindical.

Se confesaba bastante harto de los tejemanejes sindicales, y la única razón que me daba para estar afiliado es que cuando se curra en la Privada, a algún sindicato se tiene que pertenecer.  Porque no es lo mismo trabajar para la Administración Pública donde difícilmente se puede producir algún conflicto grave, que en una empresa privada, donde algún "error" de nómina es más que probable, así como un chanchullo en el horario, etc.

Y se me ocurrió que al igual que a partir de ahora los cursos de formación ya no van a ser monopolio de sindicatos y empresarios, tampoco lo tendría que ser la defensa del trabajador. Y así podría ser posible que el trabajador pudiera cotizar periódicamente a un bufete de abogados a su elección, para que en caso de conflicto poder acudir a él.

Se me dirá que esa posibilidad ya existe, y que nada impide a cualquiera a acudir al abogado que le plazca, siempre y cuando se tenga el suficiente dinero para ello.

Pero hay un matiz. Lo que se cotiza a un sindicato desgrava, lo que se paga a un abogado no, salvo que se trate de un juicio, pero un gasto de asesoramiento no desgrava en modo alguno.