¿Y ahora qué?

Bueno, ya tenemos el espectáculo acostumbrado tras una jornada electoral. La mayoría de las formaciones hacen lecturas disparatadas de los resultados de tal manera que ante las cámaras dan una interpretación de lo más positivo y satisfactorio. Claro que, siempre hay alguno al que no le cabe ni eso, como es el caso de Unió, cuyos resultados no hay por dónde cogerlos.

Pero ahora queda la parte más curiosa de todo esto. Dentro del bloque ganador, porque hay que hay que hablar de bloque cuando hay tal potpurrí dentro de sus listas, hay que elegir quién va a ser el próximo honorable. Y si tal "honor" recae en Mas, que tendría guasa el tratamiento, no creo que los demás miembros destacados de la lista estén por la labor.

Después de lo sucedido en Madrid, donde hace unos años hubo que repetir las elecciones, no debería de descartarse que todo acabara en una repetición. Eso sí, con la lista que ha sumado más votos desglosada para más claridad y orientación del elector. Sobre todo teniendo en cuenta que la que se votó ayer contaba con mucho aficionado no dotado del necesario pedigrí político. Y la clase política no suele tratar muy bien a los advenedizos. Véase el caso de Gil o Ruíz Mateos. Que el negocio sólo es para unos pocos.