La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 10 de abril de 2011

La cena de todas las cenas.

Debe ser cosa de la Primavera y sus alergias. Ayer me pasé por Colmenarejo, un pequeño pueblo cercano a Madrid, y me lo encontré repleto de carteles y adhesivos instando a todo quisque a ir a una cena en favor de la República (no especificaba si la segunda o la tercera, pero viendo los colores de los anuncios cabía descartar la primera)

El evento no podía ser otro día que el 14 de abril, aunque caiga en jueves, y para ello han programado la cuchipanda en un restaurante llamado La Rotonda y sito en una rotonda. Ciertamente queda muy republicano eso de las rotondas: Hay que ceder paso a los que te vienen por la izquierda, pero se sale más a la derecha salvo que te equivoques o no tengas ni idea de por donde se ha de salir, amen de que la intención es estar cuanto menos tiempo mejor en la dichosa rotonda.

Me pregunto qué pasaría si a éstos les diera por proclamar la III República el próximo jueves. La Segunda fue inaugurada por un empleado de telégrafos que colocó la bandera tricolor en su lugar de trabajo, pero en la oficina de correos no hay mástil alguno, aunque siempre les queda hablar con el paquistaní que tiene un locutorio para colocar su bandera, eso sí, haría falta acomodar un palo de escoba que podrían adquirir en el todo a 100 de los chinos.

Siempre cabría sustituir la bandera rojigualda del ayuntamiento (supongo que respetando la de la Comunidad y Europa, que al no tener reyes, lo mismo dan para monarquía que república) , pero si después de una cena copiosa y regada de vino tienen que encaramarse al balcón del edificio municipal donde gobierna la hermana de Gregorio Peces Barba, más de alguno puede acabar estampado en el suelo, y estaríamos ante el primer mártir de la III República.

Tengo que reconocer que me corroe la curiosidad y estoy tentado de acercarme a ese pueblo el jueves y cenar en una mesa próxima al banquete republicano, y cuando se llegue a los postres, y haya terminado con mi segundo plato, hacer una indicación al camarero y gritarle para que me pueda oir:
¡CAFE!   (Más que nada por dar más ambiente y rigor histórico al acontecimiento)

1 comentario:

  1. Seguro que no entenderían lo del CAFE, pero no es de extrañar;estos republicanos sobrevenidos no añoran un régimen ni un sistema de Estado diferente a la monarquía constitucional que hoy vivimos.
    Añoran la II República, las checas, la persecución de los católicos, los paseillos y el "matarile" en la cuneta.
    No nos equivoquemos.

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