No soy especialmente melómano, pero he descubierto la conveniencia de escuchar música clásica cuando conduzco. Generalmente apacigua la conducción y hasta hace más tolerable la cantidad de barrabasadas que algunos descerebrados cometen.
Para no complicarme la vida suelo sintonizar Radio Clásica y escucho lo que emitan. Sea lo que sea, no deja de ser música clásica.
El 16 de abril, sábado para más señas, hice lo antes mencionado y comencé a escuchar un fragmento de Tosca. Acabado el cual el locutor comenzó a hablar acerca de Tosca. Cuando comenzó a describir el personaje del Barón Scarpia, el malo de la obra, comienza a tildarle de perverso, malvado, siniestro, y demás epítetos.
Pero lo que me llamó poderosamente la atención fue que el susodicho Barón Scarpia fue calificado de ¡Fascista!
Y uno no sabe si es que el locutor debe pensar que por desarrollarse la obra en Italia, allí los fascistas deben haber proliferado toda la vida. Y eso que en la época en que se desarrolla la obra todavía faltaba aproximadamente un siglo para que Mussolini naciera, o tal vez las lagunas en cuestiones históricas del periodista sean mayúsculas sacándole de lo musical.
Más bien parece que se empieza a consolidar en los libros de estilo de ciertos medios de comunicación el imperativo de motejar de fascista a todo aquel que se salga de los cánones que ellos establecen.
Ahora estoy ansioso por escuchar a este experto musical. Vaticino como llamará nazi al primer músico que tenga la ocurrencia de desafinar.
Ya lo dijo Allen, amigo: "¡No puedo escuchar tanto Wagner! ¡Me dan ganas de invadir Polonia!"
ResponderEliminarLo malo es que el neoyorkino lo decía en plan chiste y este tío está imbuído del idiotismo ese que se impuesto entre esta progresía que nos rodea, vamos, que no sabe lo que dice.