Le encomiendas la restauración y decoración de una iglesia tan bonita como la de Buitrago de Lozoya en Madrid,
sin mirar a quién le haces el encargo, y pasa lo que pasa:
Y tanto se afana el tal don Ángel en achicar distancias entre las religiones monoteistas, que al final se le "olvida" aclarar qué fué lo que provocó el incendio que en 1.936 destruyó la iglesia, un cortocircuito, un rayo, una colilla mal apagada,... Quién sabe qué pudo ser hace tanto tiempo.
Claro, que al visitante no se le puede escapar el detalle de que al salir a la calle se encuentre en
Se ve que ahí ya no pudo meter mano don Ángel.
¿ Ángel o demonio?, me he quedado sin ver el interior, que eso demuestra "la mano" de Don Ángel.
ResponderEliminarSi lo dejan acaba con todo.
Eso deben de ser cosas del PEPIÑO, que seguro que fue el que eligió al encargado de la "restauración", en los tiempos en que aún era Don José.
ResponderEliminarCreo que sobran los comentarios.
ResponderEliminar¿Esto es verdad o es coña?
ResponderEliminarEs coña y verdad a la vez. No hice fotos del interior, porque está prohibido, pero he de reconocer que pasaría por una iglesia normal y corriente, pero si una restauración se encomenda a chavales de esas edades, o hay poco que restaurar o lo restauran otros.
ResponderEliminarSon los estragos de lo políticamente correcto y su subvención correspondiente.
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