Ya de vuelta en el autobús comprobamos que durante todo el
tiempo que estuvimos por la montaña ninguno de nuestros teléfonos tenía
cobertura. Por ello se produjo un auténtico
gurigay con todos los teléfonos de los agotados pasajeros reclamando un poco de
atención, avisando de mensajes y llamadas que no habían podido ser atendidas
por estar sus dueños atentos a otros asuntos.
Tras ese concierto de pitidos llega otro gallinero cuando
todos los que han comprobado esas llamadas perdidas deciden contestar a la vez.
De nuevo una gran profusión de conversaciones en varios
idiomas, musiquitas varias y alguna que otra imprecación.
Surge un comentario unánime acerca de lo bien que se estaba
sin teléfono, internet y demás avances tecnológicos allá en las alturas, y
todos asentimos más o menos de acuerdo pero sin que nadie suelte su aparato.
Entonces llegando ya al pueblo podemos ver una pintada que
con gruesos trazos reclama ¡LÍNEA ADSL YA!
Es evidente que un poco de incomunicación de vez en cuando
no viene mal, pero permanentemente puede
ser un suplicio. De hecho el castigo más temido por los jóvenes ya no es
quedarse sin poder salir a la calle o sin televisión, a lo que tienen auténtico
pavor es a que les sea confiscado el móvil o cambiar la contraseña de internet.
Eso sí que es tortura, aunque el día menos pensado surge por ahí algún Defensor
del Menor llevando a unos padres excesivamente crueles.
Cierto lo que dices : el peor suplicio para los mocitos y mocitas, y algunos adultos, es quedarse sin movil y sin "parato" de conexión a internet.
ResponderEliminarLo que viene a demostrar que pronto los políticos nos amenazarán con hacernos las campalas electorales mandándonos sus mensajitos.
He perdido la cuenta de los móviles que llevo confiscados. Además, como los escondo, se me aparecen de vez en cuando por los lugares más inauditos.
ResponderEliminarQué asquito..
Ciertamente la comunicación intensiva es todo un puntal hoy en día pero no debería menospreciarse el hecho de que tanta información es tambien contraproducente. No hace mucho tiempo vi un reportaje sobre el Camino de Santiago donde, precisamente, se quejaban de lo excesivamente señalizado que estaba. Lo dicho. Algunas veces hay que saber y querer perderse...
ResponderEliminarUn saludazo.