La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Comunicación.


Ya de vuelta en el autobús comprobamos que durante todo el tiempo que estuvimos por la montaña ninguno de nuestros teléfonos tenía cobertura. Por ello  se produjo un auténtico gurigay con todos los teléfonos de los agotados pasajeros reclamando un poco de atención, avisando de mensajes y llamadas que no habían podido ser atendidas por estar sus dueños atentos a otros asuntos.

Tras ese concierto de pitidos llega otro gallinero cuando todos los que han comprobado esas llamadas perdidas deciden contestar a la vez.

De nuevo una gran profusión de conversaciones en varios idiomas, musiquitas varias y alguna que otra imprecación.

Surge un comentario unánime acerca de lo bien que se estaba sin teléfono, internet y demás avances tecnológicos allá en las alturas, y todos asentimos más o menos de acuerdo pero sin que nadie suelte su aparato.

Entonces llegando ya al pueblo podemos ver una pintada que con gruesos trazos reclama ¡LÍNEA ADSL YA!

Es evidente que un poco de incomunicación de vez en cuando no viene mal, pero permanentemente  puede ser un suplicio. De hecho el castigo más temido por los jóvenes ya no es quedarse sin poder salir a la calle o sin televisión, a lo que tienen auténtico pavor es a que les sea confiscado el móvil o cambiar la contraseña de internet. Eso sí que es tortura, aunque el día menos pensado surge por ahí algún Defensor del Menor llevando a unos padres excesivamente crueles.

3 comentarios:

  1. Cierto lo que dices : el peor suplicio para los mocitos y mocitas, y algunos adultos, es quedarse sin movil y sin "parato" de conexión a internet.

    Lo que viene a demostrar que pronto los políticos nos amenazarán con hacernos las campalas electorales mandándonos sus mensajitos.

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  2. He perdido la cuenta de los móviles que llevo confiscados. Además, como los escondo, se me aparecen de vez en cuando por los lugares más inauditos.

    Qué asquito..

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  3. Ciertamente la comunicación intensiva es todo un puntal hoy en día pero no debería menospreciarse el hecho de que tanta información es tambien contraproducente. No hace mucho tiempo vi un reportaje sobre el Camino de Santiago donde, precisamente, se quejaban de lo excesivamente señalizado que estaba. Lo dicho. Algunas veces hay que saber y querer perderse...

    Un saludazo.

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