Si tenemos en cuenta como van a aumentar probablemente esa contaminación en los alimentos de todo el mundo debido al accidente nuclear de Japón, uno no deja de sentir cierto repelús.
Es evidente que supuestamente los políticos europeos pretenden ayudar a la economía japonesa para que no quede más colapsada aún, aunque sea a costa de la salud de los pobres europeos, y también de los japoneses, a los que no se arregla lo que van a tener que comer durante los próximos años.
Mejor hubiera sido establecer un suministro durante unos años de alimentos europeos a Japón, para que sus habitantes puedan comer alimentos sanos y frescos, y así de paso ayudar a la agricultura y ganadería europea, que falta le hace.
En cambio nadie ha pensado en ayudar a los pobres pescadores del mar del sur de Paquistán, que ahora sí que lo van a tener harto difícil para vender el producto de su trabajo.
Es tremendo, pero lo cierto es que ocurrirá como en Chernobyl, donde a día de hoy, la leche, las cosechas y cultivos siguen teniendo porcentajes y niveles de radiación 1000 veces superiores al límite permitido.
ResponderEliminarPero los ciudadanos los compran y consumen.Resignados,sí, y muchos con enfermedades irreversibles en el aparato locomotor y circulatorio.
En Japón pasará igual.
Y en paises europeos poco escrupulosos son los controles alimentarios,pues también.