De todas maneras no andaban tan desencaminadas las autoridades alemanas. Ellas veían que sus ciudadanos padecían unas diarreas galopantes, sudores fríos temblores, tiritonas y algunos hasta han fallecido como consecuencia de sus padecimientos.
Ahora que en este mundo globalizado todo el mundo ve las mismas series de televisión, el Ministerio de Sanidad alemán optó por copiar los métodos del doctor House y se puso a investigar a través de Internet, que para eso está y no sólo para ver guarrerías. Se pusieron a mirar donde algún colectivo sufriera síntomas similares. Y se encontraron con que en Spanien cada vez que un político con gafas salía por televisión muchas gentes de bien sufrían las mismas diarreas, sudores y tiritonas.
Investigaron más aún en la wikipedia alemana, y se produjo un error debido a que en el idioma de Goethe no existe la letra"ñ". Y por arte de birlibirloque Pepiño Blanco se había transformado en Pepino Blanco.
Y el inocente e inmaculado pepino blanco español se llevó todas las culpas de Pepiño Blanco. Y mucho, pero que mucho va a constar deshacer el entuerto, porque además el parecido físico es notable.
Ja,ja...pues sí,lo han detectado rápido al amigo del "conceto".
ResponderEliminarAhora en serio,al final ha quedado en evidencia el escaso peso de España en la UE. Y eso que el Gobierno tenía todos los argumentos de su parte para hacer valer los intereses españoles: ningún informe oficial señala a los pepinos como los causantes de la infección; personas que no han ingerido esta hortaliza han enfermado; nadie en España ha resultado afectado y la alarma sanitaria ha obviado los cauces oficialmente establecidos en Europa.
Eso pasa cuando no eres nadie, cuando el prestigio como país está por los suelos.
Eso es un "logro" -uno más...- de Zapatero.