La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 6 de junio de 2011

¡Todo el poder para los consejos!

A pesar de tener las calificaciones más altas de su clase, 


Andrew fue expulsado de su escuela por exhibir conducta 


violenta. Las autoridades de la escuela lo acusaron de asalto 


criminal y posesión de un arma mortal.

Andrew quería seguir los pasos de su padre, un Navy Seal, y 



asistir a la Academia Naval. Pero ahora, luego de tales 


cargos, ni siquiera podrá entrar en el Instituto Militar.

Hace unos meses, Andrew, de sólo 12 años, usó un lapicero 



vacío para lanzar pelotitas de plástico a sus compañeros de 


clase. El Directivo de la escuela consideró que había 


cometido un crimen, expulsándolo de la misma. 

El juez asignado a su caso opinó que la escuela había ido 



"demasiado lejos", pero que legalmente no podía hacer 


nada, por lo que dictó la sentencia en contra de Andrew.





En España el castigo hubiera sido similar, no por la 


"gravedad" de los hechos, por poner en peligro la integridad 


de sus compañeros o por la inusitada violencia de su acción, 


simplemente en cuanto hubiera dicho que quería ser militar o 


que su padre lo era, la sentencia ya estaría dictada.




En cambio, de haber sucedido en ciertas instituciones de 


enseñanza radicadas en cierta parte norteña del territorio 


nacional, y con otro tipo de vocación para padre e hijo, las 


calificaciones hubieran mejorado más aún.

No hay comentarios:

Publicar un comentario