Hay veces en que podemos leer de que algunos ya hacen el mal
por el mal. En todas las películas policiacas el detective de turno busca el móvil
del asesino, porque se supone que cuando comete la barrabasada que haya
cometido, será para obtener algún beneficio.
Pero está visto que no siempre es así. Sabido que es la
familia real saudí hace y dispone en su país (y en otros) lo que le place y
antoja, nada se opone a sus deseos.
Pues aún siendo así se ha podido saber que andan en
conflictos con la Hacienda española en relación con los innumerables inmuebles
que tan distinguida familia ha ido comprando en España. Se ve lógico, ya que
aún teniendo tantos millones, nunca de está de más ahorrarse algún pellizco que
otro.
Pero es que incluso a la hora de colocar un pabellón a su
yate, que teóricamente solo tributaria en su país (Arabía Saudita), han optado
por colocarle bajo el de las Islas Caimán, paraíso fiscal donde los haya.
Lástima que el Principado de Asturias no sea un paraíso fiscal.