La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 28 de mayo de 2023

Badalona.

 Qué lástima que la vida no tenga un botón de rebobinar. Se han hecho muchas películas y libros sobre el asunto, pero, de momento, queda como una hipótesis curiosa, pero nada más.

Hace justo una semana estuve en un concierto en Barcelona. Delante de mí, tuve a alguien que vestía una camiseta negra. En su espalda un mensaje: "Badalona, no Barcelona, no és Espanya".

Y ahora quisiera tener ese botón mágico, para haberme acercado a él, y decirle al oído que el mensaje que portaba en los lomos iba a provocar algo de perplejidad en poco más de una semana.

Y por supuesto, me encantaría verle hoy mismo.

Y es que los mensajes de las camisetas son algo arriesgados. Aunque tienen la ventaja de que no son como los tatuajes. Basta con cambiarla para evitar el mal olor.

Aunque tampoco es envidiable la tarea que tiene Albiol por delante. 

domingo, 21 de mayo de 2023

Bueno, bonito, barato.

 Cabría decir, y sin ánimo de insultar, que este consejo de gobierno que nos rige, está loco de remate. Cuando se habla de “loco de remate” no significa que sea tal su condición, que sólo quepa una eutanasia compasiva. Al parecer esa expresión sólo significa que se ha llegado a la locura extrema, y que ésta, no puede llegar a un extremo mayor.

Me imagino que los viernes, los ministros se reúnen con su jefe para idear que más se puede hacer para mantener el poder a toda costa, y salir airosos de las contiendas electorales que se avecinan a corto y medio plazo.

Da igual que lo que se ocurra a esas mentes calenturientas, todo se puede aprovechar por muy disparatado, impracticable o fabuloso que parezca. Al fin y al cabo, el gasto no sale de sus bolsillos.

Lo malo es que esto lleva la conclusión de que todo hace merecer a España el calificativo de remate, pero en otra de las acepciones de la RAE, esto es: 5. m. Adjudicación que se hace de los bienes que se venden en subasta o almoneda al comprador de mejor puja y condición.

Vamos, que sólo hace falta ver a Pedro Sánchez gritando a todo trapo: “¡Bueno, bonito, barato, vamos, que nos vamos! ¡Vean las gangas que tenemos hoy, que lo tiramos todo por la ventana!”

domingo, 14 de mayo de 2023

 ¿Y si la culpa de la pérdida del espíritu de diálogo y moderación fuera cosa de la prensa?

Recuerdo que hace muchos años, vi en Atenas como la gente esperaba la apertura de los quioscos para comprar el periódico. Una vez adquirido, lo ojeaban a toda velocidad, y los alrededores de los quioscos se convertían en improvisadas ágoras donde se discutía sobre la actualidad. Ignoro si era sobre política, deportes, sucesos o qué, pero los periódicos eran algo sagrado.

También rememoro cuando los periódicos tenían una sección que era Cartas al director. Era una de mis secciones favoritas. Por supuesto, que esas cartas sufrían una criba. Sería curiosa una recopilación de las cartas desechadas. Pero gracias a eso, no se publicaba cualquier cosa.

Esa sección a desaparecido de los rotativos en papel, y los mismos diarios están en vías de desaparecer.  Ahora existen los comentarios en las noticias publicadas en internet, pero no hay filtro, salvo que se digan auténticas burradas. Así que, la gente sólo lee dos o tres, porque no puede leer los cientos de comentarios, y que generalmente adolecen de fanatismo, conspiracionismo y defensa acérrima de los suyos. Lo cual nos hace dudar de los comentarios y hasta de la noticia misma.

No digo que se supriman esos comentarios, pero podría haber una selección de comentarios que pasaran un cierto filtro de calidad.

sábado, 6 de mayo de 2023

Protocolo.

 Dentro de la profesión periodística no hay nada peor que quedarte sin nada que decir, o que lo que digas sea totalmente erróneo.

Ha sucedido durante la reciente ceremonia de coronación de Carlos III del Reino Unido. Muchos comentaristas, de determinada orientación ideológica, han afirmado, con sorna, que los reyes de España no habían estado muy bien ubicados en la ceremonia. Bueno, también lo han hecho otros que están en las antípodas políticas de los anteriores. Si hay algo de lo que puedan presumir los monarcas hispanos es del número de enemigos.

Pero sucede que los británicos, pragmáticos como de costumbre, no se complican mucho la vida. Simplemente ubican a los monarcas foráneos en función de la antigüedad que llevan en el trabajo. Ni más ni menos.

Tal vez sea porque de esa manera se coloca delante a los más sobrados de años, y por tanto más sobrados de dioptrías y presbicia. Unos genios los británicos.

A lo mejor, aplicando ese criterio aquí, cierto ministro se hubiera evitado un bochorno.