Marea Blanca.

 Al grito de ¡Menos banderas y menos Valdebebas! ayer hubo nueva manifestación de la Marea Blanca por la Sanidad Pública.

Según el canal 24 horas de RTVE, los convocantes cifraban los manifestantes en unos 10.000, lo cual, teniendo en cuenta que la ciudad de Madrid y su área metropolitana consta de más de 6.000.000 personas, no se pueden vanagloriar de su poder de convocatoria.

Pero es que además, la misma noticia advertía de que las entidades que firmaban el llamamiento eran alrededor de 150, así que nos sale una media de casi 70 manifestantes por entidad. Vamos, los que componen las juntas directivas, sus familias  y cuatro amigos.

Y es que colocar como lema una frase con dos negaciones, induce a pensar que muchas alternativas positivas no se tienen, y además hacerla cuando las cifras se empiezan a poner a favor de la estrategia del Comunidad de Madrid y en contra de las comunidades que han seguido otras tácticas.

Y esta vez no queda la excusa del mal tiempo.

Lecturas.

 

Decía Borges que la lectura no debía ser obligatoria, que cuando un libro resultara tedioso, esa lectura se debía dejar, que si no producía placer es que algo fallaba y había de deshacerse del libro.

No es que rechazara los clásicos, simplemente decía que ya llegaría el momento en que, por ejemplo Shakespeare se haría digno de nuestra atención.

Mi modestísima opinión es que todo placer lleva algo de esfuerzo previo, aunque tal vez se pueda discutir cuánto de éste es necesario. En mi época joven se disfrutaba más un disco nuevo ya era más difícil conseguirlo, costaba dinero o que nos lo prestaran. Ahora basta con un simple clic para conseguir en segundos discografías completas, libros de cualquier autor o películas recién sacadas de los estudios.

Además, me pregunto qué pasaría si nadie se esforzara en leer un libro de texto, un diccionario o simplemente un manual de instrucciones. Tal vez Borges esté siendo seguido más de lo que pensamos y eso explique muchas cosas del mundo actual.

Procedencias.

 

Vaya, decir que Trump ha reconocido la victoria de Biden porque ha tuiteado que su contrincante ganó unas elecciones amañadas es saltarse todas las reglas habidas y por haber de exegética. Si nos limitamos a extraer de cada frase lo que nos interesa, los resultados pueden ser sorprendentes.

Supongo que ya no hay vuelta atrás en una próxima presidencia demócrata  para los próximos cuatro años, y es posible que ocho, y habrá que ver cuántos de ellos tiene que asumir la vicepresidente. Otra con la que también se extrae datos de manera sesgada. De padre negro y madre india, se recalca sobremanera que es negra, cuando lo cierto es que sería mestiza.

De momento por aquí sólo hacemos algo parecido con los apellidos: Díaz AYUSO, Rodríguez ZAPATERO, Fernando Grande-MARLASKA, etc. De momento no hemos tenido nada parecido acerca de orígenes raciales. Ya veremos el día que se vayan acercando a la poltrona candidatos con componentes gitanos, árabes, sudamericanos e incluso chinos. De momento ya hay por ahí concejales de procedencias diversas. Seguro que también haremos elección de la pieza que más interese.

Alineaciones.

Los tiempos del pulpo Paul pronosticando ganadores de torneos de fútbol han pasado. Ahora los animales hacen las alineaciones y descartan a los que no van a jugar.

En Zimbabwe su publicó hace un tiempo la noticia que decía que un jugador de fútbol se había ahogado en un río infectado de cocodrilos.

 ¿Y por qué estaba en un río infectado de cocodrilos? Porque estaba tomando parte de un ritual para limpiar a su equipo de espíritus malignos antes del partido que iban a jugar. Los directores técnicos del equipo habían ordenado a los diecisiete miembros del equipo que nadaran en el río Zambezi, que desemboca en las cataratas Victoria, diciéndoles que así se limpiarían de los espíritus malignos. De los diecisiete que entraron al río, sólo dieciséis salieron. Y nadie se encara con el entrenador sin duda.

El mondadientes de la discordia.

 No es difícil calcular a ojo de buen cubero la cantidad de gente que fuma en España. Toda esa gente, salvo confinamiento domiciliario que cuando escribo esto no existe, tiene permiso para fumar por la calle, tanto si permanece quieta como si está andando. Cuando anda y fuma tiene permiso para no utilizar la mascarilla. Mientras fuma expele el aire (viciado pero aire) junto con el humo.

Para evitarlo se me ocurrió que se podría establecer que se puede fumar en la calle, pero que al menos el que lo haga esté obligado a permanecer quieto. Algo es algo. Alguien podría cruzar más de un núcleo urbano enlazando cigarro tras cigarro, sin necesidad de taparse boca y nariz.

Pero ayer contemplé otra versión del mismo problema. Un señor, entradito en años, era increpado en la calle por llevar la mascarilla bajada. No fumaba, pero sí llevaba entre los dientes el consabido mondadientes. Él replicaba que si los que fuman pueden llevar el cigarro, por qué él no podía llevar su palillo. Palillo que no le obligaba a ir soplando periódicamente. Una señora, también entrada en años, le replicaba que debido a las características de esa afición, el palillo podía durar hasta horas, y en ese caso ya no el núcleo urbano, hasta la provincia entera podía atravesar enarbolando el adminículo de madera.

Los dejé a punto de llamar a la Policía, que ciertamente lo iba a tener difícil para dar una respuesta al dilema.