La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Qué ves, enfermera, qué ves?

Este poema fue escrito por una mujer que murió en un geriátrico de Escocia. El personal lo encontró entre sus pertenencias y se impresionó tanto que hicieron copias y lo difundieron dentro y fuera del recinto.
Luego fue recogido por Ronald Dahlsten.


¿Qué ves, enfermera, qué ves?

¿Qué es lo que piensas cuando me miras:
una vieja malhumorada, no muy lista,
de hábitos inciertos y ojos distantes?

¿Que vierte la comida y no responde
cuando le dices en voz alta: "¡Inténtalo!"?

¿Qué parece no darse cuenta de lo que tú haces,
y siempre pierde una media o un zapato?

¿Que, resistiéndose o no, te deja hacer lo que quieres,
ocupar el largo día con comidas y baños?

¿Es eso lo que piensas, es eso lo que ves?
Abre los ojos, enfermera,mírame.

Te diré quién soy mientras me quedo aquí quieta.
Mientras me muevo cuando me lo mandas,
como según tu voluntad...

Soy una niña de diez años, con un padre y una madre,
hermanos y hermanas que se quieren;
una chica de dieciséis con alas en los pies,
soñando que pronto conocerá a su amor;
una novia de veinte, el corazón me da un vuelco
al recordar los votos que prometí cumplir;
a los veinticinco tengo mis propios hijos
que me necesitan para vivir en un hogar seguro y feliz;
una mujer de treinta, mis hijos crecen deprisa,
unidos por vínculos duraderos;
a los cuarenta, mis hijos han crecido y se han ido,
pero mi hombre está conmigo para que no me aflija;
a los cincuenta, otros bebés juegan sobre mis rodillas,
los míos y yo volvemos a ver niños.

Llegan días de dolor; mi marido está muerto,
miro al futuro, me estremezco de miedo.

Todos mis hijos están criando a los suyos,
y pienso en los años y en el amor que he conocido.

Ahora soy una vieja y la naturaleza es cruel;
se complace en hacer que la vejez parezca locura.

El cuerpo se marchita, la gracia y el vigor se van;
hay una piedra allí donde había un corazón.

Pero dentro de este pellejo aún vive una joven,
y, de nuevo, mi corazón amargado se hincha.

Recuerdo los gozos, recuerdo el dolor,
y amo y vivo la vida una vez más,
pienso en los años, pocos y efímeros,
y acepto la cruda realidad de que nada es eterno.

Así pues, abre los ojos, enfermera,
ábrelos y ve no una vieja malhumorada;
fíjate bien y mira quién soy.
Este poema fue escrito por una mujer que murió en un geriátrico de Escocia. El personal lo encontró entre sus pertenencias y se impresionó tanto que hicieron co...
pias y lo difundieron dentro y fuera del recinto.
Luego fue recogido por Ronald Dahlsten.


¿Qué ves, enfermera, qué ves?

¿Qué es lo que piensas cuando me miras:
una vieja malhumorada, no muy lista,
de hábitos inciertos y ojos distantes?

¿Que vierte la comida y no responde
cuando le dices en voz alta: "¡Inténtalo!"?

¿Qué parece no darse cuenta de lo que tú haces,
y siempre pierde una media o un zapato?

¿Que, resistiéndose o no, te deja hacer lo que quieres,
ocupar el largo día con comidas y baños?

¿Es eso lo que piensas, es eso lo que ves?
Abre los ojos, enfermera,mírame.

Te diré quién soy mientras me quedo aquí quieta.
Mientras me muevo cuando me lo mandas,
como según tu voluntad...

Soy una niña de diez años, con un padre y una madre,
hermanos y hermanas que se quieren;
una chica de dieciséis con alas en los pies,
soñando que pronto conocerá a su amor;
una novia de veinte, el corazón me da un vuelco
al recordar los votos que prometí cumplir;
a los veinticinco tengo mis propios hijos
que me necesitan para vivir en un hogar seguro y feliz;
una mujer de treinta, mis hijos crecen deprisa,
unidos por vínculos duraderos;
a los cuarenta, mis hijos han crecido y se han ido,
pero mi hombre está conmigo para que no me aflija;
a los cincuenta, otros bebés juegan sobre mis rodillas,
los míos y yo volvemos a ver niños.

Llegan días de dolor; mi marido está muerto,
miro al futuro, me estremezco de miedo.

Todos mis hijos están criando a los suyos,
y pienso en los años y en el amor que he conocido.

Ahora soy una vieja y la naturaleza es cruel;
se complace en hacer que la vejez parezca locura.

El cuerpo se marchita, la gracia y el vigor se van;
hay una piedra allí donde había un corazón.

Pero dentro de este pellejo aún vive una joven,
y, de nuevo, mi corazón amargado se hincha.

Recuerdo los gozos, recuerdo el dolor,
y amo y vivo la vida una vez más,
pienso en los años, pocos y efímeros,
y acepto la cruda realidad de que nada es eterno.

Así pues, abre los ojos, enfermera,
ábrelos y ve no una vieja malhumorada;
fíjate bien y mira quién soy.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Monedas ofensivas.

Y nos encontramos con la noticia de que la Comisión Europea ve con malos ojos la pretensión del Banco Central Eslovaco de conmemorar el 1.150º aniversario de la misión en su territorio de los hermanos Cirilo y Metodio, los cuales entre otros méritos tienen el de inventar el alfabeto glagolítico, que sirve para la mayoría de las lenguas eslavas.

Así que han pedido a Eslovaquia que cambie el diseño de la moneda en cuestión.
Eso de la cruz debe escocer entre los comisarios europeos. Por ello nos preguntamos qué opinarán de banderas como la griega, danesa, sueca, etc. plagadas de cruces.


Mientras el mundo islámico se mueve y promueve la creación del dinar de oro, una moneda que serviría para hacer transaciones en cualquier país islámico, y, sinceramente, el diseño no tendrá cruces, pero da pavor pensar en el futuro, cada vez más cercano, en que probablemente tengamos que hacer todas nuestras compras con dicha moneda.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Marca.


Hasta hace bien poco las televisiones autonómicas emitían un partido en abierto cada semana. Aunque utilizaban las mismas imágenes, las televisiones de Madrid, Castilla-La Mancha, Canarias, y Andalucía usaban cada uno su propio locutor y comentarista, que en fútbol no puede haber lo uno sin lo otro. Además Cataluña, País Vasco, Galicia y Valencia lo hacían en su idioma autonómico respectivo, lo cual no dejaba de ser un modo hábil de promocionar ese idioma, aunque había quien arteramente veía la imagen del partido en el televisor y escuchaba el desarrollo del juego a través de la radio.

Pero ha venido la funesta crisis y ahora prácticamente todos los partidos han devenido en ser de pago. En abierto ya sólo queda Marca TV, que no es que emita el partido de la jornada precisamente, pero es lo que hay. Eso sí, emite para todo país en español y no se entretiene con desconexiones territoriales, diversos locutores según la zona. El espectador sabe que eso es lo que hay, y si lo quiere de otra manera. A rascarse el bolsillo.

A ver si aprende el Senado y muchas otras instituciones.

martes, 13 de noviembre de 2012

Medir la ausencia.

Y mañana comenzaremos con la consabida guerra de cifras. Que si han parado millones de trabajadores (suponiendo que los haya, que ya es mucho suponer), que si aquí ha trabajado todo quisque (lo que ya es echarle imaginación) Con lo cual los posibles efectos de una huelga quedan diluidos antes de empezar.

Hoy las dos partes ya tienen escritos sus discursos para mañana. Da igual lo que suceda realmente hoy. Es igual que en las elecciones, que gane el partido que gane, todos los partidos, hasta los extraparlamentarios, hacen una lectura positiva de los resultados.

Tal y como funciona el mundo actual la huelga es ya un recurso inútil, que sólo tiene efectos negativos para el país donde se celebra (realmente celebrarla sólo la celebran los estudiantes, que a ellos no les descuentan nada)

Si ya cuesta medir los asistentes a una marcha o manifestación, que sólo consiste en contar los que están en un sitio, mucho más difícil es cuantificar una huelga, donde se trata de contar los que no están.

Tal vez un buen sistema sería obligar a los patronos a comunicar al Estado cuánto dinero han dejado de pagar a sus empleados por no trabajar ese día. Sería un dato objetivo, aunque faltaría saber cuántos de esos trabajadores no acudieron por propia voluntad o porque no hubo transporte que les llevara al tajo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Papeletas.

Los tenemos tan cerca y a la vez tan lejos. Los coptos han elegido a su nuevo papa, Tauadros, que va a ostentar el ordinal segundo.

Ha llamado la atención el modo de elegir entre los candidatos al puesto. Para ello han dispuesto que un niño con los ojos vendados (se ve que no se acababan de fiar del todo de la supesta inocencia de la infancia) extrajera una papeleta de una urna donde estaban situadas varias con los nombres de los candidatos.

De esta manera se han evitado largos, tediosos y caros cónclaves como sucede en la iglesia de Roma.

Por otra parte juega a su favor que el método no deja de asemejarse al modo con que fue elegido el sustituto del puesto que dejó vacante Judas Isacariote. Se dice en el capítulo I del Libro de los Hechos de los Apóstoles que Matías le ganó el puesto a José Barsabás. Y todo ello fue echando suertes.

La iglesia católica refiere que salga quien salga elegido en el cónclave habrá sido cosa del Espíritu Santo, pero viendo los especímenes que han logrado el cargo en tiempos remotos, uno no deja de dudar de tal aseveración.

Y si así fuera, para qué complicar la vida al Espíritu Santo haciendo que tenga que dirigir y encaminar las discusiones de tanto cardenal. Hay que simplificar, mejor dejar que sólo tenga que mover la mano del inocente chaval.

Por cierto, he investigado por la red y no he descubierto ninguna casa de apuestas que haya estado al tanto del evento.