Estos últimos días las catástrofes naturales han hecho horas extras por todo el mundo, sobre todo terremotos mortíferos, aunque las inundaciones no se han quedado atrás y las sequías han seguido con su silenciosa labor: son menos espectaculares y más lentas matando, así que no tienen derecho a salir en las noticias.
Los diversos terremotos han dado cifras impresionantes de fallecidos ante lo cual los países que se han librado procuran ayudar como buenamente saben y están dispuestos a ayudar, pero muy condicionados por las distancias y por lo que ya tienen en casa.
Pero lo que me ha llamado la atención es que esta vez no se hayan enviado psicólogos a Ecuador, por una vez en que el idioma no iba a ser un obstáculo. Siempre me he preguntado qué se puede decir al padre de familia que ha perdido mujer, hijos, vivienda y trabajo de una tacada. Algo así como la que le prepararon al pobre Job por una especie de apuesta entre Dios y Satanás.
No debe ser fácil decir algo en esos casos, salvo que se trate de una retahíla de frases estándar para salir del paso.
Supongo que cada caso debe ser distinto y el buen psicólogo (porque los habrá buenos, malos y normalitos) ira desarrollando su trabajo según lo que vaya encontrando.
Supongo que un tipo de respuesta estará mal vista hoy en día en que hay que ser adulador, comprensible y sin forzar al que ha sufrido una desgracia, será la que vemos también en la Biblia en el caso de Isaías.
El bueno de Isaías después que ha visto que la Reina ha exterminado a todos sus compañeros y ha jurado hacerle lo mismo a él, tienen que poner tierra de por medio, se encuentra en medio de un desierto, no muy buen sitio para esconderse, y una vez allí, se desanima, grita que está harto y que se quiere morir. Vamos, que se rinde.
Agotado como está, se queda dormido. Cuando despierta no recibe la visita de un ángel psicólogo que le eche una charlita reconfortadora o que le deje explayarse y desahogarse.
Simplemente aparece un ángel, que hace pensar que dentro de la corte celestial aparte de las categorías conocidas de Arcángeles, serafines, querubines, tronos, denominaciones, etc. también existe la de ángel chusquero, le despierta y simplemente le dice: "Levántate, y come", y después añadió un reconfortante "Te espera un largo viaje" Eso sí que es psicología reconfortante y reparadora.
Y debió funcionar, porque la Biblia añade que Elías se metió entre pecho y espalda una caminata de cuarenta días, siendo su destino final el poder dormir en una cueva.
Y es que no hay nada como la Psicología chusquera, que se lo digan a los marines.