Tras la reunión en Múnich en 1.938, en la que se reunieron Hitler, Chamberlain y Daladier, con Mussolini como organizador. Todos volvieron a sus casas.
Allí se decidió el futuro inmediato de los Sudetes en Checoslovaquia (sin ningún checoeslovaco presente), y al parecer la mayoría aceptó que se había evitado la guerra. Fue algo así como una Alianza de las Civilizaciones del momento.
Tras ello Hitler volvió triunfante y dando órdenes para que al día siguiente sus tropas entraran en los Sudetes, Mussolini con el prestigio de su recién adquirida relevancia internacional, Chamberlain saludado en Gran Bretaña como el que había evitado la guerra, pero Daladier, más perspicaz, al salir del avión, y ver una multitud que le vitoreaba, murmuró entre dientes: "Les cons!", que se podría traducir por un contundente "¡Idiotas!
El tiempo le daría la razón, él lo vería por ser el más longevo de los reunidos, y ha sido el único al que no ha llegado la ignominia y el descrédito, además de ser tres veces jefe de gobierno y quince ministro. Casi nada.
Dio el visto bueno a los acuerdos de Múnich con reticencias, pero al parecer no le quedaba otra.
La Sentencia.
Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.
lunes, 20 de agosto de 2018
lunes, 13 de agosto de 2018
Perspectiva.
Un granjero tejano estaba aconsejando a un granjero alemán, al cual le preguntó sobre el tamaño de su propiedad. Éste respondió: "Casi 255 hectáreas".
Cuando el alemán le preguntó al tejano cuánto medía su rancho, éste le explicó que, si subía a su camioneta al amanecer y conducía hasta que anocheciera, todavía estaría dentro de sus tierras.
Sin querer parecer menos, el granjero alemán dijo: "¡Yo solía tener una camioneta vieja como esa!".
lunes, 6 de agosto de 2018
Pobre ilota.
Geniales aquellos griegos antiguos combinando religión, argucia legal y economía.
En Esparta no estaba bien visto aquello de trabajar, así que tenían cultivando el campo a los ilotas en régimen prácticamente de esclavitud, así que los espartanos se podían dedicar a la guerra y los ilotas les iban llenando el granero.
Lo malo es que la proporción era de quince ilotas por cada ciudadano espartano. Convenía hacerles un escarmiento de vez en cuando para mostrarles que podía pasarles si algún llegaban a rebelarse.
El problema es que los sacerdotes decían que era impío y pecaminoso asesinar así por las buenas a un ilota, que era un asesinato.
Pero alguien, para desgracia de los ilotas, se dio cuenta de que en cambio los dioses sí permitían hacer la guerra, tanto defensiva como ofensiva, así que ahí obtuvieron la solución: Con toda la tranquilidad del mundo y con la conciencia tranquila, declaraban anualmente la guerra a los ilotas, a los que masacraban con total impunidad, les metían en cintura y tras la desigual guerra cada uno volvía a sus funciones.
En Esparta no estaba bien visto aquello de trabajar, así que tenían cultivando el campo a los ilotas en régimen prácticamente de esclavitud, así que los espartanos se podían dedicar a la guerra y los ilotas les iban llenando el granero.
Lo malo es que la proporción era de quince ilotas por cada ciudadano espartano. Convenía hacerles un escarmiento de vez en cuando para mostrarles que podía pasarles si algún llegaban a rebelarse.
El problema es que los sacerdotes decían que era impío y pecaminoso asesinar así por las buenas a un ilota, que era un asesinato.
Pero alguien, para desgracia de los ilotas, se dio cuenta de que en cambio los dioses sí permitían hacer la guerra, tanto defensiva como ofensiva, así que ahí obtuvieron la solución: Con toda la tranquilidad del mundo y con la conciencia tranquila, declaraban anualmente la guerra a los ilotas, a los que masacraban con total impunidad, les metían en cintura y tras la desigual guerra cada uno volvía a sus funciones.
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