Es muy curioso el criterio que tiene este gobierno a la hora de interpretar aquello de que la ley es igual para todos.
Así, cuando ya nos vamos habituando a que las normas no son
iguales para hombres y mujeres (y que hacen que muchos hombres cambien de bando
para evitar la discriminación patente), ahora nos sale con que los plazos que
establecen la prescripción de los delitos no son aplicables en el caso de
abusos dados dentro de la iglesia.
A este paso nos encontraremos con una legislación que
imponga las condenas en función de lo que haya votado el acusado, y así, cuando
más escorado a estribor esté uno, más liviana será la pena, llegando al indulto
si se acreditan los suficientes méritos ideológicos.