La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 29 de agosto de 2021

Costa da Morte.


En plena Costa de la Muerte, en Galicia, se encuentra el cementerio de los ingleses.

El origen de este peculiar lugar son varios naufragios sucedidos en el siglo XIX. En esa costa, varios navíos ingleses se hundieron, y el mar poco a poco iba arrojando a la costa los cadáveres, que los lugareños enterraron en un pequeño cementerio hecho para ellos.

Principalmente fueron tres los barcos ingleses hundido aquí el Iris Hull (mercantil) (1883), el Serpent (militar) (1890) y el Trinacria (mercantil) (1893).

Es tosco y recogido, y situado a pocos metros del litoral. Al parecer los cuerpos tampoco estaban para aguantar mucho más sin ser sepultados, de hecho en algunos casos lo que el mar escupía era una masa de maderas, cuerdas y cadáveres, y tuvieron que ser quemados. Por ello cerca está un lugar llamado a furna dos difuntos queimados.

De hecho aquello debió ser una especie de fosa común, ya que aparte de no constar el nombre de nadie, tampoco se distinguió por categorías, y se ve que todos fueron a parar al mismo sitio.

Pero aunque entre los difuntos no se pudo hacer ningún distingo, si lo hubo entre los que auxiliaron, y así el gobierno inglés tuvo a bien obsequiar al alcalde con un reloj de oro, al ayuntamiento con un barómetro y al cura, que para hacer su trabajo no pudo distinguir entre católicos y “herejes” una escopeta de caza.

Como suele suceder, aquello sirvió para que Inglaterra presionara al gobierno español y a éste no le quedó más remedio que construir una serie de faros que dieran alguna seguridad más a la zona.

Descansen en paz.









 

domingo, 15 de agosto de 2021

Migueles en apuros.

 

Si la fábrica de la Roda que elabora los bollos denominados Miguelitos tuviera ahora en mente hacer una campaña publicitaria, la situación política internacional le podrían permitir hacer una que podría contemplar todo el orbe.

Ahora mismo existe un enfrentamiento al más alto nivel entre China y Canadá. Cada uno con rehenes del otro lado.

Los dos principales se llaman Michael (Miguelito) y son los naipes de este juego.

China mantiene bajo su poder a Michael Kovrig, un ex diplomático canadiense que trabajaba en Hong Kong y está acusado de espionaje y a la espera de su sentencia; así mismo Michael Spavor, también canadiense, trabajaba cerca de la frontera con Corea del Norte y ha sido condenado a 11 años de prisión por espionaje. Lleva tres años en prisión.

Mientras, por el otro lado, Canadá mantiene en prisión a Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei, que Otawa detuvo a instancias de EE.UU. por fraude y violación de las sanciones a Irán.

Y para rizar el rizo, otro canadiense, Robert Schellenberg, que había sido condenado a 15 años de cárcel por tráfico de drogas, ha visto su caso revisado por Pekín y ha sido sentenciado a muerte.

Ante tal avalancha el gobierno canadiense tan solo se atrevido a insinuar que visto lo visto, lo mismo no participan en los Juegos Olímpicos de Invierno a celebrar en China.

Y todo porque Canadá tuvo a bien hacer un favor a EE.UU.  Y eso que todavía no ha entregado a Meng a las autoridades estadounidenses, aunque tal vez si lo hiciera, se quitaría de ser objeto de la ira de Pekín.

domingo, 8 de agosto de 2021

Mitholz.

 

En 1947, poco después de la II Guerra Mundial, la neutral Suiza disponía de un arsenal considerable de explosivos enterrado en la montaña, en un pueblo llamado Mitholz.

Ese día, por causas desconocidas, los explosivos, que eran unas 3000 toneladas, estallaron, el pueblo voló prácticamente por los aires y nueve personas murieron, además de haber numerosos heridos. Se considera que hasta el momento es la mayor explosión no nuclear de la historia.

Prácticamente todo el pueblo tuvo que ser reconstruido, y desde entonces su población vive bajo el temor, ya que ahora ha salido a la luz que al menos 3500 toneladas aún permanecen en el arsenal.

Se ha calculado que por su riesgo, la población tendría que abandonar la localidad mientras se extrae cada explosivo, uno a uno. Y para ello van a necesitar nada menos que 10 años aproximadamente. Quién se iba a esperar eso en un país tan pacífico como Suiza. Aunque deben estar contentos, una situación similar en otros países se hubiera saldado sacando los explosivos sin avisar a nadie, o, peor aún, no se extraerían y que sea lo que sea.

Los de mi generación éramos verdaderos expertos jugando al buscaminas en horas de trabajo. Seguro que más de uno va a estar dispuesto a mandar el currículo para echar una mano.

domingo, 1 de agosto de 2021

Dejando los Juegos.

 


Durante los Juegos Olímpicos los países que logran medallas se ven orgullosos contemplando como las demás naciones les envidian. No deja de ser una competición de prestigio.

Aunque también hay otra clasificación curiosa que también es referencia de cómo los países cuidan y mantienen a sus deportistas. Se trata de cómo recompensan a los que consiguen medallas. Los importes varían lógicamente en función de si se trata de oro, plata o bronces; y siempre tiene más premio el deporte individual que el de parejas o equipo. Es curioso ver que España paga más que los EE.UU., y que Singapur paga muchísimo, aunque ahora mismo le va saliendo gratis el asunto.

Pero no parece que ahorrarse algo de dinero sea lo que ha llevado al equipo bielorruso intentar que una de sus atletas, Krystsina Tsimanouskaya, vuelva a su país.

Y es que Krystisna ha cometido la imprudencia de criticar a su entrenador ante las cámaras, y esa ha sido la consecuencia. Asimismo, Krystsina, que tampoco parece tonta, se huele que el recibimiento tampoco va a ser de lo más festivo, así que ha pedido ayuda a la policía japonesa, que de momento ha impedido la deportación.

La corredora tiene una prueba muy pronto, pero de llevarse alguna medalla, va a ser difícil que se lleve su recompensa monetaria.